Importante la polémica suscitada este martes con el anuncio del Govern de les Illes Balears de “la mayor convocatoria de oposiciones de la historia en Balears”, con 7.750 nuevos funcionarios en tres años: 4.500 en sanidad, 3.000 en educación y 250 a servicios generales. El sindicato STEI lanzó un durísimo comunicado acusando al Govern de mentir con el anuncio de la macro-oposición, llegándolo a calificar de “despropósito comunicativo de proporciones incontroladas”. El STEI negó que se hubiera reunido la Mesa General del Empleado Público y criticó que se trató de una puesta en escena para conseguir la foto. Básicamente el sindicato sostiene que no hay nuevas plazas y que no supondrá incrementar recursos humanos, porque las plazas que saldrán a oposición ya están ocupadas por interinos. Por su parte, los sindicatos CCOO, UGT, CSIF, SATSE y SIMEBAL emitieron un comunicado conjunto rechazando las acusaciones del STEI y sostuvieron que sí hubo reunión de la Mesa General, aunque el STEI no quiso asistir.
En esta ceremonia de la confusión, es difícil saber a qué atenerse y a quién creer, porque en efecto, sobrevuela la duda de si el anuncio del Govern supondrán 7.750 nuevos empleados públicos o solo la regularización de interinos y personal contratado, a fin de acabar con la temporalidad en la Administración. Porque a esos 7.750 nuevos funcionarios habrá que pagarles la nómina cada mes y no se ha explicado con qué recursos adicionales se va a acometer esta titánica operación de engorde de la función pública.
Por otra parte, es llamativo que sea el STEI la formación sindical que arremete con inusitada dureza contra el Govern, después de haber ido de la mano durante la legislatura pasada con PSIB y Més en el conflicto educativo vivido en Balears. Como cuesta comprender todo el episodio en su conjunto, procede exigir mayor claridad y concreción al Ejecutivo de Francina Armengol. Debe explicarse si se trata de nuevas plazas o no, si habrá incremento de personal o no y también si habrá incremento de la presión fiscal para hacer frente al enorme gasto que estas contrataciones van a suponer para el erario público. Es muy frívolo anunciar medidas que suponen un brutal incremento del gasto público, sin explicar de dónde van a salir los recursos, como se hacía hace años cuando se anunciaban irresponsablemente nuevas infraestructuras, a menudo innecesarias, sin contar cómo se iban a pagar. La ciudadanía ya está escarmentada de anuncios de sus gobernantes para acaparar titulares.
Además, la operación tiene un indisimulable tufo a medida desesperada para contrarrestar el anuncio hecho por Mariano Rajoy sobre el incremento del descuento a residentes en los vuelos interislas, del que se ha dejado al margen al Govern balear y que tantas ampollas ha levantado entre los partidos de izquierdas al impedir que se hayan colocado las correspondientes medallas.