Así, Horrach y su excompañero de Anticorrupción, Miguel Ángel Subiran, se verán las caras por primera vez uno como penalista y el otro como fiscal.
Su cliente, el ex director general del área de comercio del Ayuntamiento de Calvià, y el otro detenido, el ingeniero municipal de Calvià, B. Rossinyol, pasan este viernes por la mañana a disposición judicial.
Se les investiga por presuntamente ofrecer un trato de favor a Cursach, a la vez que se perjudicaba a otros empresarios del municipio. Las sospechas giran especialmente en torno a la discoteca BCM, el buque insignia de Cursach en el municipio y clausurado desde el pasado 3 de abril. La discoteca habría operado durante 27 años sin permiso.
NUEVA ETAPA DESPUÉS DE 24 AÑOS EN FISCALÍA
Lo anunció hace casi un año y se materializó hace un mes: Pedro Horrach cerraba la etapa en Fiscalía después de casi un cuarto de siglo y once en Anticorrupción y daba el salto a la abogacía. Tuvo que esperar, eso sí, al fallo del caso que le ha catapultado al plano nacional: el caso Noos.
Su postura respecto a la infanta le granjeo todo tipo de críticas -acusado de ser "el abogado de doña Cristina"- y le supuso un desgaste personal importante aunque, en una entrevista radiofónica, dijo irse haciendo "un balance positivo".
Ahora, ya como abogado, tendrá su primer cara a cara con Subirán. Hace dos semanas reconocía en otra entrevista que "sé que no va a ser lo mismo la relación con mis excompañeros de Anticorrupción. Cambiará bastante y será más distante. Y eso es muy extraño y me cuesta un poco asimilarlo", decía.