Resulta imposible evadirse de las primarias estos días pero el opio del pueblo ofrecía peores noticias, el equipo más español de los españoles ganó al fin la liga. Sin duda una mala noticia para quienes no somos ni tan españoles y además nos gusta el futbol de verdad y nos consideramos afortunados de haber visto jugar al mejor de todos los tiempos, le apodan la pulga.
A los que íbamos, no podía esquivar de ninguna manera las primarias que han tenido un seguimiento, desde mi punto de vista, exagerado. No son unas presidenciales, son unas elecciones internas de un partido en caída libre.
Los sondeos y opiniones que había leído no auguraban ese resultado y una vez más nos encontramos que yerran las encuestas, que los pronósticos no sirven para nada y que nuestra sociedad no la entienden los expertos? en encuestas y me atrevo a decir que nadie más.
En mi opinión el resultado es claro; los militantes han elegido a un líder en contra de la jerarquía y del parque jurásico y eso a las viejas glorias les tendría que dar que pensar. Seguro que hay militantes que no han sido gobernados por Felipe González. El Isidoro de Suresnes dejó el gobierno hace veintiún largos años. La sociedad de mediados de los noventa no se parece en nada a la de la segunda década de este siglo.
Todo eso de las primarias y del “no es no” me parece muy bien a nivel propagandístico y mitinero aunque no tenga discurso político que lo avale; pero es hora de arremangarse y ponerse a trabajar -primero se debe pasar a cuchillo a los derrotados que para eso existe el diálogo y la libertad de expresión-. Una vez cumplidos los rituales atávicos el señor Sánchez, el del coche, el que deberá dirigirse -después de dos derrotas previas- no a los entusiastas afiliados sino a los votantes moderados de izquierda, a los que estos cuarenta años les han ido bien las cosas con un PSOE moderado. Me temo que sufrirá una tercera derrota pues militante y votante se parecen poco.
Sinceramente creo que el señor Sánchez electoralmente está quemado y no será él el que lleve al histórico partido a la victoria o a ser simple alternativa; los vientos europeos, además, le vienen de proa.
Me temo que al señor Sánchez le pasará lo mismo que le ha pasado a las medallas olímpicas de Rio 2016. No han llegado al año y las de oro se están oxidando. Brillan mucho pero dentro sólo hay baratijas. Que pasen un buen día.