Ha sido la octava prueba del año. Con ella se pretende mantener una prueba semanal hasta desarrollar el primer misíl intercontinental (ICBM) que podría alcanzar la costa oriental de los Estados Unidos. Los misiles norcoreanos han conseguido alcances de 4.500 kilómetros. Las armas actuales podrían transportar cabezas nucleares a objetivos situados en Corea del Sur, Japón e incluso la isla de Guam en la que se asienta una base militar estadounidense.
Analistas internacionales señalan que con cada nuevo paso en la escalada militarista del régimen de Kim Jong Un se complica el diálogo bilateral entre las dos coreas para la búsqueda de un conflicto larvado desde la década de los cincuenta del siglo pasado.