El equipo de gobierno del Consell de Mallorca, que preside Miquel Ensenyat, ha anunciado su intención de no renovar a la empresa concesionaria del servicio de Inspección Técnica de Vehículos (ITV), para pasar a prestar el servicio directamente a través de una empresa pública. Esta internalización del servicio supondrá asumir a los 114 empleados de las 4 estaciones de ITV de la isla, que pasarán a ser personal laboral del Consell. Además, el Consell dejará de ingresar 700.000 anuales por el canon de la concesión.
La decisión del Consell, según explicó la consellera insular de Territorio e Infraestructuras, mercedes Garrido, se fundamenta en un informe externo que asegura que la empresa concesionaria, General de Servicios ITV SA, ingresa alrededor de 5 millones de euros al año, lo que de asumir el servicio el propio Consell permitiría bajar las tarifas e incluso crear otra estación en el municipio de Calvià.
Por lo visto, el Consell está que se sale y la economía de la institución va tan bien que se pueden permitir alardes de este calibre, como que la Administración preste servicios que bien pueden prestar las empresas privadas a muchísimo menor coste como bien pronto se verá. La medida anunciada está tan trufada de ideología política que no cabe descartar la proliferación de empresas públicas haciendo cosas que no tienen por qué hacer. Si lo que se pretende es recaudar más, se puede negociar un incremento del canon, como se puede poner tope a las tarifas y obligar a reducirlas.
Todo esto sucede a la vez que se anuncia el cierre del Observatorio Astronómico de Costitx, auténtico punto de referencia de la ciencia en la isla y gracias a cuya labor mucha gente se ha interesado por la ciencia astronómica. Y es que hay decisiones que no se comprenden de ningún modo.