La fe mueve montañas pero al Real Mallorca no le basta con esa fe, por un lado porque no sabe definir ante la portería contraria, y por otro porque dista mucho su rendimiento en las primeras partes respecto de las segundas.
Al cuarto de hora de partido el marcador de Son Moix ya reflejaba el 0-1 de turno en una acción combinada entre el delantero del Levante Jason y el central mallorquinista Raíllo.
A partir de ahí, la tragedia se cernía sobre Son Moix y de no ser por el portero Santamaría, ayer sustituyó a Cabrero, o por la falta de puntería de un remate visitante al larguero, y sin embargo dos acciones de Brandon y Moutinho también pudieron cambiar el rumbo del patido de no ser por la ineficacia goleadora mallorquinista.
Santamaría ante Morales y ante el mallorquín y exmallorquinista Víctor Casadesús, salvó al Mallorca del desastre. Así se llegó al descanso, con 0-1 y con la idea de hacer algo por cambiar el destino del partido ante un líder que sabe a qué juega, cómo y además, con solvencia.
De salida, el técnico bermellón Javier Olaizola decide hacer dos cambios y da entrada a Company por Juanjo en el lateral derecho y a Salomao por Vallejo busvando mayor y mejor profundidad en ataque.
La segunda parte fue del mallorca que se volcó buscando equilibrar el partido y lo fue consiguiendo paso a paso.
El primer paso se dio en el minuto 64 cuando Rober vio la segunda tarjeta amarilla y dejó al Levamte cvon diez jugadores. A partir de ahí el Mlalorca siguió creciendo y encerrando al líder en su campo.
Tanto insistió el Mallorca con más fe y corazón que con cabeza y calidad, que en el minuto 70 llegó el empate. Gran lanzamiento lateral de libre indirecto de Moutinho que Ansotegi remata de cabeza a gol para establecer el empate a uno.
A partir de ahí se vio a un Mallorca que dio todo lo que tenía, que no es mucho, en busca del milagro definitivo. Pero no pudo ser y no pudo ser por una acción individual que le pudo dar la victoria a los locales de no ser por, una vez más, la ausencia de capacidad realizadora en ataque.
En el minuto 83, a siete del final, el portero rival comete un error grave de salida y Lekic, solo, mano a mano, fue incapaz de resolver lo que hubiera podido ser un triunfo, quizá merecido, por su insistencia en la segunda parte para los mallorquinistas.
El punto logrado tiene parte d epremio porque se iba perdiendo, pero es un botín muy escaso para los intereses del Mallorca. El Almería le ganó al Alcorcón y el Rayo empató en Soria. El Mallorca está a dos puntos de la salvación en un paquete de cinco equipos y es el equipo que menos partidos ha ganado en lo que va de temporada.
Los milagros no existen aunque en fútbol pasan cosas parecidas a los milagros. 12 puntos de los últimos 42 disputados son una lacra quizá insalvable.