La consellera portavoz del Govern, Pilar Costa, tuvo ayer que salir al paso de la polémica suscitada con la aprobación por parte de la Comisión de Asuntos Institucionales del Parlament el pasado miércoles de una proposición no de ley presentada por el partido Més per Menorca, por la cual se insta al Ministerio de Defensa a dejar de organizar actos de jura o promesa de la bandera para civiles, con el argumento de que tales actos generan división social y consumen recursos públicos escasos. Costa ha manifestado en nombre del Govern su respeto por la adhesión de las personas a un símbolo y otro, ya que jurar fidelidad a la bandera española es “un tema particular y personal” ajeno al Govern.
Lamentablemente la portavoz del Ejecutivo se pone de perfil ante una iniciativa parlamentaria que salió adelante por la incomprensible abstención de los diputados del PSIB, que ignoraron que la normativa que regula dichos actos fue aprobada por un gobierno socialista, el del Presidente José Luis Rodríguez Zapatero, en el año 2007, siendo ministra de Defensa Carme Chacón. La postura del PSIB ha motivado que destacados militantes socialistas como Joan Mesquida la hayan criticado públicamente.
El respeto que Pilar Costa manifestó tanto por los actos de jura de bandera como por lo aprobado por una comisión del Parlament es un brindis al sol que nada corrige. Y si se insiste que ese es un tema particular y personal que no compete al Govern, lo mismo podría decirse del Parlament y sin embargo la ambigüedad de los socialistas y su sumisión a los postulados de los nacionalistas, por absurdos que estos sean, permitió que una proposición no de ley absurda y que ataca la regulación que en su día hizo el PSOE, saliera adelante.