OPINIÓN

Cómo llamar a nuestro hijo

Francesca Jaume | Lunes 13 de marzo de 2017

Hará unos dos años que este digital tuvo a bien publicarme un artículo titulado ‘Marc y María’ en el que daba cuenta de las tendencias de los papás a la hora de intitular a sus hijos.

Hoy me permito actualizar ese divertimento gracias a un sesudo estudio de campo realizado con los compañeros de escoleta de mi hijo, mis amistades de facebook y el babyboom acaecido en mi entorno.

Ahora pues que ustedes ya están alertados sobre el alcance de mi análisis sociológico, paso a numerarles las trece pautas a seguir, si quieren que su futuro hijo tenga un nombre conforme a las tendencias:

1.- Desterrados totalmente los hits noventeros que tanto alimentaron la cultura poligonera: los Vanesas, Jonathans, Kevins, Samantas, Jessicas y Jennifers son totalmente anacrónicos.

2.- Nombres preferentemente de una sílaba, máximo dos: los Lluc, Marc, Emma, Aina, Elsa, Lluís o Pau triunfan por encima de Inmaculadas o Inocencio.

3.- Nombres de procedencia lejana: Chloe, Noa, Enzo, Unai, Mia, Leyre, Leo, Izan… da igual si los ocho apellidos son mallorquines, estos nombres son ‘lo más’.

4.- También se han hecho con un puesto destacado los catalanes: las Laias, Núrias, Sergis, Adrians, o Jordis gustan mucho.

5.- Reinterpretación de los nombres tradicionales mallorquines: Ya no son Franciscas sino Francinas, las Catalinas ahora son Caterines y los Antonis se han quedado en Tonis.

6.- Nombres de sonoridad bonita: Laura, Sofía, Lucía, Silvia, Júlia, Carla, Irene, Alba, Ariadna, Ángel, David, Víctor, Blai, Adán...son un must.

7.- Clásicos renovados: Martina, Damiana y Mateo parece que volvieron para quedarse.

8.- Influencia de personajes famosos: como no, Letizia, Leonor, Iker, Leo, Froilán siguen teniendo sus adeptos.

9.- Rara avis es encontrar nombres de corte muy religioso: María de la Encarnación, Sacramento, Remedios, Rosario... se circunscriben a familias cuya madre sólo usa falda.

10.- Nada de nombres tristes: Soledad, Dolores y Calvario se descartan por si acaso.

11.- Deshacer composiciones: Mar, Neus, Paz y Luz se han desprendido de su ancestral ‘María’ porque solos se bastan.

12.- Nombres con lastre: hay nombres que pueden mermar la personalidad por la carga histórica o política que suponen. No es casualidad que se lleven poco los Marianos, Fideles, Judas o Caínes.

13.- Clásicos eternos: María, Isabel, Margarita, Juan, José, Miguel… sobreviven a cualquier moda.

A todo ello, hay que tener en cuenta las limitaciones legales, a saber, primero, nada de nombres denigrantes y segundo, dos nombres simples o uno de compuesto. El Tontodimama o Marta Sagrario María del Carmen, (nombres reales) ya no están permitidos.


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