Hace años que Paco Arango se propuso devolver la suerte que había tenido en la vida. Empezó ayudando a niños con cáncer y creó la fundación Aladina. Así fue como conoció a Paul Newman.
Pocos saben que el actor estadounidense montó campamentos para niños enfermos y su legado lo continúa su hija Clea, que empezó desde lo más sencillo, siendo monitora. Cada verano, la Fundación Aladina envía a estos campamentos a unos 120 niños españoles enfermos de cáncer, sin gasto alguno para las familias -el coste de cada niño es de unos 4.000 euros-.
Arango asegura que, según los médicos, esta experiencia puede ser casi "tan curativa como la propia medicina". A partir de ahora, con la recaudación, podrán acudir muchos más menores. En todo caso, Arango precisa que a pesar de ser una película 100% benéfica, no es "un tostón" sino "un peliculón con grandes actores" que además "roba el corazón" de los espectadores.