“Cuando nos acercamos, nos dimos cuenta de que eran medusas”, explica Charlotte Lawson, que fotografió a las medusas halladas en la playa: “Era como un plástico de burbujas que cubría toda la playa”.
A pesar de que es frecuente que aparezcan medusas en la costa australiana, nunca aparecen en estas cantidades. La enorme cantidad de medusas azules amontonadas en la arena han provocado que la playa ha empezado a oler mal, hecho que ha provocado numerosas quejas entre los vecinos de la zona.
El olor desaparecerá cuando se sequen en la arena y se las coman las aves.
Al parecer, este suceso se ha producido por fuertes vientos y corrientes marinas poco habituales.