DEPORTES

Postureo ciclista

Alejandro Vidal | Lunes 23 de enero de 2017

La edición del 2017 de la Challenge Vuelta Ciclista a Mallorca se presenta con una noticia que ha velado el acontecimiento deportivo que representa: al final de cada etapa no habrá azafatas en el pódium de llegada para entregarle un ramo de flores al vencedor y un besito en la mejilla. Una auténtica chorrada que se vende como un gesto de respeto a la mujer y hasta se ha llegado a decir que para no contribuir a que se la vea solamente como un objeto sexual.

En primer lugar hay que estar enfermo para deducir la menor connotación sexual en dicho protocolo. No puedo constatar que haya habido ningún ciclista que haya sugerido o le hayan solicitado una cita íntima aprovechando el evento y en toda la historia del pedal. En segundo lugar el beso por y en la cara, hace tiempo que se ha instituido como un simple y normal saludo entre hombres y mujeres, tanto solteros como casados, en sustitución del besamanos o el apretón de las mismas.

Quiero creer que el consideración debida al genero femenino se centra en cuestiones más profundas e incluso en detalles nimios de caballerosidad como ceder el asiento de un autobús o abrirle el paso a cualquier dama. Tampoco pienso que el machismo se combata con gestos de cara a la galería, incluidos los minutos de silencio al pie de las instituciones que luego no legislan en función de la pena y el rechazo que manifiestan.

Naturalmente que cualquiera es muy dueño de montar su verbena como quiera. Si se quiere ahorrar unos cuantos contratos, está en su derecho. Pero la “novedad” me parece tan insignificante como cambiar el color de la pancarta que señala la meta. Postureo con mayúsculas. Muy de moda, eso si. Y que eso sea más importante que la competición y los deportistas ya raya lo delirante.


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