Carbón al Mirandés

Saúl García, nuevo en la plaza, se vistió de Gaspar, Lekic fué Melchor y Lago Jr, como no podía ser de otra manera, Baltasar. El lateral puso la reina dentro del roscón que remataron fina, clara y postreramente el serbio y el africano. Cuando por fin fue batido Roberto habían transcurrido ochenta minutos y aunque el Mirandés recibió su justo castigo, sin llegar una sola vez a la meta de Cabrero, ya se temía lo peor.

Del Mallorca de Vázquez al de Olaizola han cambiado algunas cosillas. Ahora Juan Rodriguez acompaña a Juan Domínguez, constituyendo un doble pivote que permite al segundo una mayor libertad para aplicar su mejor visión de juego. Una decisión lógica que se ha hecho esperar demasiado. Luego un mayor atrevimiento al reclamar para el primer equipo la figura del joven James, incisivo en su banda, sustituido después por otra promesa de Son Bibiloni, el joven Angel que no desmereció de su compañero. Un poco de sangre fresca que al equipo le vino bien.

En las actuales circunstancias y clasificación, no podemos ser muy exigentes con el nivel técnico y táctico de la escuadra. Por ahora y hasta nueva orden lo único importante es el resultado al que, en festividad de magia y regalos, se hizo mucho más acreedor el anfitrión que su visitante, el peor de los que ahora han desfilado por Son Moix. Fueran sus majestades de Oriente o la fría brisa del mes de enero, las sacas de carbón helado viajan a Miranda de Ebro con toda justicia.

Pero que ningún exagerado lance las campanas al vuelo. Esta bocanada de oxígeno permite respirar al menos durante una semana. Nos quedamos con eso, que no es poco, aunque queda mucho y cabe más alivio que entusiasmo.