¡Puños fuera!

Cada cual puede pensar y hacer lo que le dé la gana, con los precisos límites legales y sin atentar contra el idéntico derecho de los demás. En pelo ejercicio de sus deseos y voluntad, he visto que la Asociación de Antiguos Jugadores del Mallorca le ha impuesto su medalla de oro al presidente del club, Monti Galmés y al tiempo que me pregunto qué méritos ha acumulado este hombre durante su breve función representativa de apenas un año, ignoro quién o quiénes se han hecho antes acreedores a dicha distinción porque, en caso de haberlos, las comparaciones podrían resultar más odiosas que nunca. Se ve que no solamente se deteriora la institución sino que, a la vez, se corroe todo su entorno.

Para colmo de desdichas y pese a que a la mayoría nos preocupa profundamente la realidad que nos ha tocado vivir, Maheta Molango -felizmente ausente de la comida de viejas glorias celebrada en el estadio, aunque más lejos de la planta noble y entre la canallesca y el terreno de juego, a pié de campo- ha decidido tomarse unas inmerecidas vacaciones. Como rezaba el eslogan de un viejo anuncio de lavadoras, ¡!que trabaje Rutton!. Con el equipo tan bien clasificado, el mercado de invierno abierto, la tesorería vacía y el amo en Londres, es mejor disfrutar las fiestas que colgarse del móvil o encerrarse en el despacho. Total, estos días no hay eventos que celebrar, ni donde largar algún discurso. Y, además, para eso está el presidente.

Y estuvo. Para decir que todo el mundo tranquilo, que el año que viene todo será distinto, que ya vienen los Reyes por el arenal y traerán muchos juguetes a los niños buenos. Y, en fin, paz a los hombres de buena voluntad y que “las batallas se ganan con los puños”, afirma Julián Mir. A lo mejor es que en el 2017 competiremos en una liga de boxeo o hemos fichado a Mazinger Z. Yo creía que al fútbol se juega con los pies. ¡Ah! y el cerebro, claro.