EDITORIAL

La realidad matizará a Trump

Viernes 11 de noviembre de 2016

Por ver primera en la historia, un empresario de éxito y multimillonario sin ninguna experiencia política -y tal vez por ello- ha ganado unas elecciones presidenciales en los Estados Unidos de América. Donald Trump ha logrado movilizar el voto masculino blanco de las zonas rurales, conservando al mismo tiempo el voto masculino blanco con formación universitaria, lo que se ha combinado con una menor participación de las minorías a favor de Clinton que la registrada en los comicios de 2012. Está claro que mucha gente ha preferido a Trump, con todos sus defectos y su mensaje anti-establishment y anti-globalización, antes que a Hillary Clinton. Además, el partido republicano también tendrá mayoría en la Cámara de Representantes y en el Senado, lo que avizora una presidencia cómoda y sin sobresaltos.

Tras el shock inicial y el desconcierto por el monumental error en todas las encuestas -esta será la primera vez desde la contienda entre Dewey y Truman en 1948 en que las encuestas de la víspera se equivocan al predecir el resultado electoral-, procede analizar qué sucederá a partir de ahora, principalmente desde el punto de vista de la economía.

Trump ha opinado en numerosas ocasiones sobre el comercio y podría decirse que los nuevos acuerdos comerciales están muertos, incluido el Tratado Transpacífico de Cooperación Económica (TTP), pero no olvidemos que el comercio es un área en la que la autoridad ejecutiva tiene cierta capacidad discrecional. Trump ha declarado su intención de renegociar el NAFTA (Tratado de Libre Comercio de América del Norte) y si México no aceptase, ha insinuado que Estados Unidos se descolgaría. Sin embargo, es posible que el magnate se vea obligado a matizar su posición por el enorme riesgo que supondría para la economía estadounidense el desplome del peso mexicano.

El presidente electo también se ha mostrado dispuesto a emprender una reforma fiscal que afectará al impuesto de la renta y también al de sociedades. También se ha mostrado dispuesto a invertir en infraestructuras por importe de 1 billón de dólares y decidido a revocar y sustituir la reforma sanitaria de Obama, aunque sin ofrecer detalles sobre los aspectos concretos. Esta ha sido una prioridad de los republicanos en el Congreso, por lo que cabe deducir que también será prioritario en 2017.

En definitiva y tras el discurso conciliador y moderado que pronunció tras ser proclamado ganador de las elecciones presidenciales, los mercados se han mostrado optimistas -el Dow Jones cerró ayer en máximos históricos en Wall Street- y aunque en un primer momento las bolsas cayeron, ahora parece reinar el optimismo y las caídas se han transformado en subidas importantes. Confiemos en que al menos en lo económico, las cosas se hagan bien y no haya sobresaltos. Al fin y al cabo, Trump es un hombre de negocios y sabe lo que conviene a la economía.


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