OPINIÓN

Una semana a lo grande

Jaime Orfila | Sábado 05 de noviembre de 2016
Vaya semana. Se inició con un gran y despreciable ejercicio de matonismo en las Cortes protagonizado por Gabriel Rufián. Una deplorable intervención en la tribuna del Congreso de los Diputados que se recordará durante mucho tiempo. En prime time, en horario estelar, en poco más de cinco minutos vomitó tal cantidad de radicalismo y odio como no se recuerda en el lugar. Una intervención en la que el lenguaje no verbal era más sonrojante si cabe que la propia verbalización de los exabruptos.

Todo por no aceptar la voluntad de un grupo parlamentario inclinado hacia el lado distinto al de sus intereses. Un meridiano ejemplo de intolerancia. Menudo concepto de democracia deben manejar en su grupo y en los de los que son capaces de darle un golpecito en la espalda y de aplaudirle.

La prueba que acredita que la intervención fue excepcionalmente insultante fue el aplauso cerrado y espontáneo de la gran mayoría de los diputados; de diputados que desde hace muchos años no tienen a bien celebrar ni aplaudir nada en común.

Grande, muy grande es la democracia que genera espacios de libre opinión, defiende la pluralidad hasta la extenuación e incluso la financia.

Grande, muy grande es el sistema constitucional que en plena crisis económica y política, con los partidos tradicionales entre las cuerdas y en pleno cambio de ciclo es capaz de salir de un año de parálisis institucional con pasmosa normalidad.

Grande, muy grande es el trabajo que le queda por delante a la nueva ministra, sin experiencia en el sector, para afrontar con solvencia muchos e importantes temas que llevan tiempo aparcados. Vaya semana.

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