La aparición en escena del abogado madrileño Marcos García Montes en el delicado asunto de la menor víctima de una agresión en el colegio público de Son Roca, es un elemento gravemente perturbador. La familia de la menor ha aceptado que el famoso letrado les represente y como acostumbra en los casos de trascendencia mediática que en tantas ocasiones él ha participado, sus declaraciones a los medios no dejan indiferente. Ha anunciado una catarata de querellas criminales por numerosos delitos, todos ellos muy graves incluyendo el homicidio en grado de tentativa.
Se diría que García Montes pesca con red de malla pequeña, a fin de sacar el máximo pescado posible y que nada se le escape, ya sean peces pequeños o peces grandes. Pero hay que recordar la postura de la acusación pública, la Fiscalía de Menores, expresada por el fiscal jefe Bartomeu Barceló. Y también por la inspección educativa. Así pues, ya se verá el recorrido judicial de las pretensiones de la familia de la menor.
Sin embargo, ya se puede calificar la actuación del prestigioso letrado de excesiva y exagerada en lo relativo a querellarse contra el conseller de Educación y Universidad, Martí March, por prevaricación. La sobreactuación es manifiesta y no parece que tal comportamiento sea el más idóneo para lograr Justicia para la menor agredida en el patio del colegio.