Como se puede apreciar en el vídeo, llama la atención cómo el resto de perros saltan, chapotean y juegan a su alrededor mientras Beya permanece absolutamente inmóvil en medio de la algarabía sin ni siquiera inmutarse. El can, que ya ha sido bautizado como 'Non Swimming Dog' (el perro que no nada), ofrece una imagen sorprendente y cuanto menos inquientante.
Desde Happy Tails aseguran que la perra "está un poco loca" y ya son muchos los trabajadores que han tachado al animal de "antIsocial". Pero Jana Underwood, directora del centro, sale en su defensa asegurando que "tan sólo estaba concentrada para evitar que le dieran con la pelota".
¿Será Beya tan rara como dicen, o simplemente estaría intentando conservar su espacio de confort? Por el momento, su parsimonia ya ha conquistado a más de 12 millones de usuarios en redes sociales.