OPINIÓN

Hacernos olvidar (26 de junio) (y 4)

Miquel Pascual Aguiló | Sábado 25 de junio de 2016

Como dice Frank Jensen Kjaerby, locutor de radio holandés, más conocido como Frank Dane: “Si consigues que todos los tontos estén de tu parte, podrás conseguir que te elijan para cualquier cosa”.

Quieren hacernos olvidar que con su irrupción han logrado del todo que dos de cada tres españoles no crean en la política, y el tercero que sí cree en la política es porque vive de ella. Los datos indican que la autodenominada nueva política ha perdido frescura, y también gran parte de la virginidad que ostentaba antes de convertirse en sistémica. La gente pasa de la nueva política, y prueba de ello fue la debacle de audiencia del debate a dos realizado por Jordi Évole, declarado votante de Podemos, entre Iglesias y Rivera, que hace dos domingos fue visto por 3,2 millones de personas y consiguió el 18,2% de la audiencia; muy por debajo del anterior debate entre ambos contendientes, que fue visto por 5,2 millones, con el 25,2% de audiencia, un debate que si en algo destacó fue en lo bronco, maleducado y marcado por las salidas de tono de ambos, lo que dejó muy claro el prematuro envejecimiento de las fuerzas emergentes.

Han bastado seis meses, los que han pasado desde el 20-D para que tanto Podemos como Ciudadanos empiecen a dar señales de tener algunos de los peores vicios de los partidos tradicionales: burocratización del aparato, veto mutuo en las negociaciones para formar Gobierno, opacidad en la elaboración de las listas electorales y, sobre todo, un excesivo personalismo de los respectivos líderes, además de intransigentes y demagogos, además de un afán desmedido por el dinero

. Tanto uno como el otro han pactado con los partidos a los que antes llamaban casta con tal de tocar poder y las pelas que ello conlleva, olvidándose de sus vacuas promesas de probidad Enrique Jardiel Poncela decía: “Los políticos son como los cines de barrio, te hacen entrar y después de cambian el programa”. Otro botón de muestra que demuestra una vez más, valga la redundancia, quienes son los que sólo van por la pasta y quienes van a trabajar.

Sólo dos, los socialistas Patxi López y Micaela Navarro, de los nueve miembros de la Mesa del Congreso renunciaron al sobresueldo de la Comisión de Reglamento, que no se reunió nunca. Los dos parlamentarios de Podemos en este órgano manifestaron, en las redes sociales, en los periódicos de papel y hasta en la radio, que renunciarían a esos ingresos, pero finalmente no lo hicieron. Mucha parafernalia, mucho altavoz, mucho decir que trabajan para el pueblo, pero la pasta boba, la pasta gansa al bolsillo, ¡Otr@s que sólo van por la pasta!. Esto también es corrupción, cobrar por un trabajo que no has hecho, y siguen dando lecciones de honradez, se han olvidado que las mentiras tienen las patas muy cortas.

Quieren hacernos olvidar la arrogancia, la soberbia, las mentiras y el trasvestismo de Pablo Manuel Iglesias, un arribista capaz de vender su ideología por un puñado de votos, un temerario que es capaz de amalgamar ideologías incluso contradictorias, con dos decenas de siglas distintas, en una coalición sólo unida por el desafecto a los partidos tradicionales, el cabreo con la crisis y las ansias de cobrar del erario público, un menda comunista lenilista mentiroso y oportunista que se cree que los votantes son tan tontos que van a tragar que porque ahora se ha puesto corbata ya va vestido de socialdemócrata, de boquilla, por mero interés electoral, por mero interés personal.

Un individuo que se harta de marisco con toda la cúpula de su partido (Dios los cría y ellos se juntan) en un banquete de langosta con dinero público, en un restaurante caro de los que ellos llamaban casta, mientras sus militantes van a pegar carteles pagando todo de su bolsillo, y asisten a los mítines al sol, mientras su macho alfa sueña con presidir el Consejo de Ministros. Un@ es lo que hace, no lo que dice, así es que por sus acciones l@s conoceréis.


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