Lástima que no lo dijera antes, cuando no más de dos o tres periodistas denunciamos los hechos y otros callaban torticeramente. Si, Aveldaño ha reconocido en rueda de prensa que durante la pretemporada no había ni agua y la tenían que comprar los propios jugadores. A buenas horas, mangas verdes. Sorprende que Utz Claassen no lo haya incluido en su lacrimógena carta de despedida.
Cierto que, aunque no podamos meter a todos en el mismo saco, hay futbolistas que merecen rancho aparte. A título de ejemplo digamos que más de uno no ha comulgado con las ideas de Fernando Vázquez, ni ha compartido sus decisiones además de no entenderlas, pero no lo dirán mientras el gallego sea su entrenador, igual que no desvelaron otras situaciones porque el alemán era el presidente.
También Toni Tugores ha tragado sapos bajo el dominio del teutón. Ha aceptado injerencias como presidente de la comisión del centenario que van desde el autobombo en el acto conmemorativo del Teatro Principal, al veto a periodistas y listas negras de invitaciones, por no hablar de la productora de la película y otras prebendas que se han repartido con dinero del club y a espaldas del mallorquinismo.
El otro candidato a ocupar la máxima representación del club, aunque sin funciones ejecutivas, Monti Galmés, no reúne las condiciones que cabe exigir a quien se siente en la primera fila del palco donde estuvieron Jaume Rosselló, Miquel Contestí, Bartomeu Vidal, Mateu Alemany o Jaume Cladera, cuya trayectoria y prestigio social reconocido está fuera de toda duda. Aunque lo más lógico sería que la nueva presidencia recayera en el propio Maheta Molango que, de hecho, es quien la ejerce aunque sea en la sombra.