Santiago Fiol | Martes 07 de junio de 2016
Se me amontona el trabajo y esta columna, pese a su dimensión ilimitada, se me queda pequeña para tratar los temas que me gustaría comentar semanalmente.
Soy uno de los afectados por la compra de las tabletas ordenadas por el Colegio La Salle de Palma para el curso próximo. Lo soy por partida doble pues mis dos hijos están afectados por el cambio de sistema. Mi primera impresión fue absolutamente desfavorable al planteamiento del Colegio, pero una vez leída la información que se nos remitió por correo electrónico soy un firme defensor de la implantación de dicho nuevo sistema.
Es mucho dinero, sin duda, pero haré el esfuerzo porque lo que más me interesa es la educación de mis hijos. Entiendo la indignación de un colectivo de padres pues la política de comunicación del Colegio ha sido nefasta pero no por ello debemos suprimir un proyecto moderno y audaz que tiene por objetivo que nuestros hijos tengan una enseñanza de mayor calidad. No por un problema de formas debemos abandonar un proyecto serio y bien elaborado que mejorará la formación de nuestros hijos. Eso vale mucho más que los ipads.
En el título lo anunciaba. Lamentablemente se puede estar produciendo acoso laboral, (o no, como diría el Presidente Rajoy) en el Institut Balear de l’Habitatge (Ibavi). Soy hombre de leyes y no periodista y muchos menos de denuncia pero me temo que el asunto es lo suficientemente grave como para que sea investigado por la Inspección de Trabajo y quizás, si alguien lo pone en comunicación de un Juzgado, bien de Instrucción o de lo Social, quien sabe.
Les cuento, en septiembre del año pasado el Govern nombró una gerente que parece ser es una persona muy próxima a la Presidente Armengol, lo cual la blinda ante sus superiores de cara a un cese que se tendría que haber producido hace tiempo.
Dicha gerente, víctima de su inseguridad e incapacidad de gestión, se ha dedicado a perseguir al personal a su cargo de diferentes departamentos, especialmente del departamento de fianzas, en asuntos tan menores como quien debe custodiar una llave...
El departamento de fianzas, después de veinte años sin conflicto alguno, actualmente se encuentra que cuando proponen -los licenciados en derecho que lo conforman- la devolución de una fianza una persona próxima a la gerente -y con desconocimiento absoluto de derecho-, las deniega sin argumentación jurídica alguna, como no podía ser de otra manera!!!!, con el consiguiente perjuicio del ciudadano que paga sus nóminas.
El nivel de tensión ha llegado a tal extremo que un funcionario que ha dedicado su vida profesional a la gestión de los alquileres primero en la Cámara de la Propiedad y después en el Ibavi, ha optado por el abandono. No tiene por qué soportar las venganzas pueriles de la gerente. Se ha jubilado. Juan Miralles, todo bondad, entregado a su labor desde hace muchos años ha visto colmada su paciencia por el acoso y derribo al que la gerencia ha sometido su trabajo y su persona. La persona que ha asumido riesgos personales para que los ciudadanos consignáramos las fianzas sin soporte legal, ha puesto fin a una carrera profesional expresando, por escrito que abandona por culpa de las medidas adoptadas desde la gerencia. A su edad el señor Miralles debería saber que, a diferencia de las películas, en la vida no siempre se impone el bien ni triunfan las buenas personas.
Lo que no sabe la gerente es que sus empleados en apenas diez meses ya le han perdido el miedo que ella cree que le tienen. Van a defender sus derechos como trabajadores ante los Tribunales de Justicia si es preciso, (ya se verá ante que jurisdicción). El estalinismo que impera es impropio de un gobierno de progreso que siempre, dicen, vela por los intereses de los trabajadores.
Es el momento de que el Conseller Negueruela se implique y envíe a sus inspectores y que la Presidente Armengol, por una vez haga algo, especialmente a favor de sus trabajadores, y cese a su amiga por su flagrante incapacidad y comportamiento con los subordinados. Que pasen un buen día.
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