DEPORTES

Ni de regalo

Alejandro Vidal | Miércoles 25 de mayo de 2016
Regalan las entradas y comunican que han ido a Son Moix 11.000 espectadores. Ni la mitad del aforo. Es la realidad del Mallorca hoy por hoy, la que han forjado Claassen y compañía y se supone que Robert Sarver y la suya, quieren rehacer. Pero permitir la entrada libre al estadio so pretexto de que el equipo necesita a la afición, es un error manifiesto y una política trasnochada. En primer lugar porque ni así llenan las gradas, pero es que, además, constituye un desprecio para los seguidores a quienes, con la medida, acusan de cuantificar en euros su amor y apoyo al club.
De eso a rifar un jamón los días de partido, como en las verbenas, sólo queda un paso. El abonado que se gastó sus ahorros en el mes de junio, engañado flagrantemente con el tristemente famoso “I tu, ¿puges?” que pase por las oficinas a que le devuelvan el importe de dos partidos y el espectador que ha acudido a presenciar partidos anteriores a tocateja, que vuelva a final de temporada y no le costará nada. Sin embargo, peor aún el mensaje que se transmite al vestuario: “sois tan malos que si no damos la entrada gratis, no vienen a veros”.
Todo equipo que se precie desea el calor del público, pero no imaginamos que aquellos que disputan una final en campo neutral, más necesitados que nadie, compren las localidades de sus seguidores. Estas decisiones deprecian el producto, suponen una desconsideración para los futbolistas de ambos bandos y niegan por definición el carácter del espectáculo. Mala película aquella para cuya visión las salas de cine no cobraran. Seguro.
Maheta Molango generó algunas expectativas a su llegada. Sorprendió su sinceridad, y pese a la opacidad del desembarco de un nuevo propietario, confiábamos en que podía ser el elegido para acabar con la pesadilla de sus predecesores. No obstante este mal sueño no se evade con actuaciones populitas como la que nos ocupa, sino en silencio, sin tanta foto y desde la seriedad formal de un despacho profesional porque, al final, a Son Moix no han ido ni los socios desde que empezó la liga y a punto de bajar el telón. Ni de regalo.

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