SUCESOS Y TRIBUNALES

El TS eleva a 7 años la condena a un hombre que mantuvo relaciones con la hija menor de su socio

Retira la atenuante de "cuasi prescripción"

Cristina Suárez | Miércoles 18 de mayo de 2016
El Tribunal Supremo eleva a siete años de prisión la pena impuesta a un hombre condenado por abusar de la hija menor de edad de su socio durante cinco años. La menor tenía doce y hasta que cumplió los 17 mantuvieron una relación, descubierta por la madre de la víctima. El acusado tenía 28 años cuando arrancaron los hechos en el año 2005.

La Audiencia Provincial de Balears le condenó por un delito de abusos sexuales a tres años y seis meses de prisión al aplicar, además de la atenuante de dilaciones indebidas, la de "cuasi prescripción" -tiempo entre el hecho y la iniciación del procedimiento en virtud de denuncia o querella- por haber transcurrido cinco años desde el comienzo de las relaciones sexuales -2005- y la incoación de la causa -2010-, además de valorar la actitud de la víctima que dijo que ella no hubiera denunciado los hechos.

La sentencia recurrida admitió que no existía ningún dato para afirmar que la tardanza en la interposición de la denuncia fuera estratégica, pero que tampoco podía pasarse por alto que la víctima llegó a querer mantener cierta relación con el acusado, pues una vez adquirida la madurez sexual pudo cortarla pidiendo ayuda a terceros que conocían los hechos -su amiga o su novio- y que, en una fecha próxima a la mayoría de edad, su madre descubrió la relación que su hija mantenía con el condenado.

Sin embargo, la Sala Segunda retira la atenuante de "cuasi prescripción" al considerar que no hay ninguna maniobra dilatoria en la estrategia de la denuncia y que, aunque la menor muestra voluntad de no denunciar, el reproche de la tardanza en la denuncia hay que hacerlo a quienes deben velar por la integridad de la menor.

En este sentido, añade que los responsables de garantizar la indemnidad sexual de la víctima reaccionaron con rapidez al conocer los ataques a su hija y que transcurrió más tiempo desde el comienzo de las relaciones sexuales hasta su término que el que medió entre su cese y la denuncia.

El procesado comenzó con bromas y tocamientos consistentes en caricias y cosquillas, mostrando además interés por la ropa que llevaba la menor, unos hechos que sucedían durante las horas de trabajo que ambos compartían en el negocio familiar.



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