DEPORTES

La tormenta imperfecta

Alejandro Vidal | Lunes 02 de mayo de 2016
Lo importante es que el barco enfile la bocana del puerto y amarre a buen recaudo. Es igual si llega con sólo un motor, remolcado o empujado por la corriente. La cuestión es que salve el temporal, entre en al astillero y repare, si puede, los daños sufridos por la impericia del capitán, sus oficiales y la mayor parte de la tripulación.
Cualquier semejanza de la metáfora con la situación del Mallorca no es pura coincidencia. Lo de menos es si juega mal o bien, si permanece en la categoría porque hay cuatro equipos más malos o si son sus competidores quienes obtienen resultados aún peores. Ahora es prioritario acabar el campeonato como sea y sin ocupar ninguna de las cuatro últimas plazas porque, de lo contrario, las ratas ya habrán abandonado la bodega anticipadamente.
A partir del mes de junio será preciso analizar rigurosamente las causas por las que se han producido tan importantes vías de agua, no únicamente en la faceta estrictamente deportiva, sino en el desvarío económico y la pérdida de identidad y reconocimiento social. Ya no es cuestión de cortar cabezas, que también, ni de señalar culpables que quien más quien menos ya conoce. Se trata sobre todo de no cometer los mismos errores y de poner a trabajar la excavadora, porque un simple lavado de cara no conducirá a ninguna parte.
Maheta Molango, en su condición de consejero delegado, asumirá una tarea tan intensa como desagradable y necesaria, por mucho que no pueda eludir una parte de responsabilidad en la prolongación del caos. No pasaría nada si fuera uno de los que han de libar la purga. Desde su llegada no ha hecho sino desinformarse, apartarse de la realidad, vivir una película de ficción sin ciencia y elegir mal a su equipo administrativo y deportivo. En resumen, confiar en aquellos que precisamente han provocado el desaguisado, que no es casual ni mucho menos. Si le falla el ánimo o muestra flaqueza, se lo comerán por los pies igual que a sus predecesores.

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