En este sentido, el presidente de ASIMA, Francisco Martorell Esteban, incidió en que “las empresas tienen que tener colaboradores comprometidos, felices y alineados con sus valores”.
El prestigioso experto explicó ante un auditorio de más de 150 directivos y profesionales liberales que “todos somos una marca. Y esta poderosa herramienta bien utilizada puede llevarnos a obtener logros y alcanzar objetivos hasta hace poco impensables. Todo el mundo hace branding, sólo que la mayoría no lo hace ni de manera consciente ni de forma profesional”.
Stalman “bromeó” con que las dos palabras probablemente más repetidas en el mundo de las redes actualmente son “cambio” y “miedo” y resolvió que “ésta no es una era de cambio, sino un cambio de era”.
Su recomendación a los empresarios fue muy directa: invertir en el factor humano, tanto o más que en el tecnológico, porque “si en el pasado, el empleado era el embajador de la marca, hoy es la marca y bebe de sus emociones”.
Stalman cree que toda persona o empresa que quiera ser relevante en el siglo XXI debe tener presencia online y offline y no dar la espalda a las emociones. Aún así, el experto tiene claro que “lo importante del alma no sólo tiene que ver con las emociones, sino con la autenticidad. Que lo que se piensa, lo que se siente, lo que se dice y lo que se hace sea consistente. La zona de confort es una trampa mortal para las empresas, la verdadera innovación y el verdadero descubrimiento empieza saliendo de esa zona”.
También, en la jornada ha participado Aurora Michavila, la impulsora de talenteando.org y Fueras de Serie y fotógrafa española con más seguidores en Instagram, quien abundó en la idea de que “la vocación no es privilegio de algunos afortunados que la encontraron si buscarla. Todos podemos expresar nuestra vocación cuando ponemos en acción nuestros talentos, aplicándolos a aquello que despierta nuestra pasión, en un entorno consistente en nuestros valores”. En este sentido, animó a los directivos a “iniciar una fantástica intraventura que nos ayude a redescubrir qué da sentido a lo que hacemos, para poder hacerlo más conscientemente”.
Para Eloi Pardo, cantautor y ex directivo de banca, explicó su proceso de cómo en el momento de mayor esplendor profesional, sintió que algo fallaba en su vida, y empezó a ver con transparencia ciertas sombras provocadas por la ambición, el poder y el dinero. Saltándose los límites sociales, decidió retomar su gran pasión, la música de rock, dormida durante 30 años. Eloi lanzó un claro mensaje a los participantes, “A menudo no somos conscientes del enorme potencial que tenemos en nuestro interior” y aconsejó que “si algo sé es que desde que contra viento y marea tomé la decisión de volver a mi auténtica pasión, la música, me siento mucho mejor conmigo mismo y con los demás. He crecido como padre, como hijo, como hermano, como marido, como amigo, como compañero… y creo ser mejor”.
Eloi Pardo, desde su lado más rockero de Still Morris, invitó a los directivos “ a ser valientes y a no esperar la necesidad de sucesos importantes, irreversibles, tal vez dramáticos, para reaccionar. Afortunadamente, cada uno es diferente a los demás, y en lo sencillo a veces está la mejor de las metas. Nunca es tarde para empezar a volver”.