Miguel Ángel Ariza | Sábado 09 de abril de 2016
¡Menuda repercusión tuvo mi artículo de la pasada semana! Os he visto muy puestos en algunos temas, en otros... no tanto. No acostumbro a hacer matizaciones a los comentarios que me dejáis en el artículo pues creo que todo el mundo es libre de pensar como quiera (o pueda), tal y como hago yo mismo; pero hoy voy a hacer una excepción.
Así que, ahí va mi nota aclaratoria para algunos: en los 10 años de historia de IB3 jamás de los jamases me han despedido; más bien todo lo contrario. Siempre me han venido a buscar. Esta última vez, hace escasos meses, me fui yo queriendo y poco antes de que Manresa accediera al poder del ente. Así que, aclaro que no tengo animadversión a su persona por este motivo. La oferta de la empresa privada fue mejor que la de la pública y no hay más... (y eso que me iba a retirar. “Menjarem Ariza una bona temporada!”).
Una vez hecha la correspondiente aclaración, mi intención era hablar de complejos. Complejos de esta sociedad balear, en especial por lo grande de la isla de Mallorca. Complejos que no entiendo, complejos muy complejos, pero sobretodo, complejos que debemos de empezar a superar. Un ejemplo de persona muy acomplejada es el de Manresa, ese de IB3, pero como vienen cosas muy gordas, y nos divertiremos mucho, y tengo demasiadas cosas que decir... dejemos pasar un tiempo que la actualidad manda y me debo ceñir a ella. Por cierto IB3 el sábado pasado: nuevo récord con un 2% de audiencia, la peor de su historia. Os digo yo, que veremos muchas “cosas” y tendré mucho sobre lo que escribir. Mucho veneno como dirían algunos, por escupir.
En este caso la actualidad pasa porque quiero mostrar mi absoluta veneración a la ya ex-consellera de Transparència, Esperança Camps. Y no la venero por haber dimito por principios, ni por haber criticado a sus compañeros de partido, ni por haberse negado a seguir sufriendo presiones. Que también podría venerarla por todo ello, pero no. Lo hago por la forma en que dimitió. Aunque algunos (de los suyos) calificaran su salida de “morir novelando”, precisamente por ese romanticismo literario y esa forma de decir la verdad me ha dejado admirado.
No estamos acostumbrados a que los políticos se vayan siendo sinceros, poniendo los puntos sobre las íes y exponiendo ante quienes les pagan el sueldo (o sea todos los ciudadanos) los verdaderos argumentos. Los “motivos personales” han sido suficientes hasta día de hoy para contentarnos. Al menos eso piensa la clase política. Pero Camps (Esperança) ha sembrado un precedente, aunque a la izquierda no le guste. Un precedente que la honra.
Incluso en la toma de posesión de Ruth Mateu, la mallorquina empaltada que sustituye a Camps en Transparència, ésta tuvo una pulla para Camps. La mala leche la delató: “Jo no som escriptora però...” dijo Mateu. Para quien no lo sepa, Esperança Camps es periodista y escritora. ¿Éste es el talante político que queremos?, ¿el que no quiere hacer declaraciones de una persona que ha dicho la verdad (al menos “su verdad”) pero luego va con coñas baratas?. ¡Menudo nivel! ¿Y ese es el nuevo “Govern fort” de Armengol?.
Yo creo que me voy a exiliar a Badajoz. Tranquilos, es una broma. No me iré, que no pienso dar el gusto a muchos de estos hipócritas de la izquierda. Alguien les tiene que decir las verdades a la cara. Ya que cuando se las dicen ellos mismos no las aceptan, lo seguiré intentando yo. Gracias y ¡de nada!.
Camps me ha parecido una “valenta dona”. No la creo tan estúpida como de no haber calibrado las repercusiones de sus palabras. ¿Acaso pensáis que no sabía a qué se estaba exponiendo diciendo lo que dijo?. He tenido el gusto de hablar con ella personalmente y les puedo asegurar que no es ninguna kamikaze.
No comparto sus ideas, eso es evidente, pero como sabéis, no se me caen los anillos en reconocer cuando una persona (del color que sea) es válida o íntegra. Y a mi, Esperança Camps me parece una señora muy inteligente. Camps, valiente como ella sola, antepuso la verdad a la ciudadanía: destapar enchufismos, puñaladas traperas, traiciones, manos atadas, capelletes, órdenes directas, marineros que mandan más que patrones... y lo pagó con la repulsa de los suyos. Al menos inicialmente.
¿Habría pasado algo si el Pacte hubiera recogido las críticas de Camps y se hubiera puesto manos a la obra en mejorar o enderezar todo lo que Camps denunciaba? Yo creo que no. Absolutamente nada. Ejemplo de voluntad por mejorar y por rectificar. Contrariamente, ¿qué optaron por hacer?. El caminito fácil: negar, negar, cerrar filas, mentir como bellacos y agradecer los servicios prestados. Como si las cosas fueran así de fáciles. Mucho predicar transparencia pero poco practicarla.
Mmmm, ¿de qué me suenan esas acusaciones dignas de “doble moral”? ¡Ah sí!, es el típico argumento progre para atacar a la derecha. ¡Que casualidad que ellos también la padezcan!. Bien pensado, tiene su lógica: siempre se ha dicho que para reconocer o apreciar una cualidad o un defecto debes de tenerlo. Por tanto, sería imposible que la izquierda identificara la doble moral si ellos no la tuvieran también.
No se olvide este Govern que el calificativo “desleal” le acompañará hasta el final de sus días. Y no se olvide también que no dejan de ser “mismos perros con distintos collares”. Siempre había pensado que “corbs amb corbs no se piquen” pero me están demostrando que no es así. Y siguiendo el mismo hilo (me lo están poniendo tan fácil esta semana)... “volen baixos” en el Govern estos días, sobretodo entre los Més menorquines y los mallorquines. El cainismo ese del que ya les había hablado en anteriores artículos.
Por último, decirle a David Abril que no entiendo cómo se permite los lujos de criticar el nivel (tanto intelectual como personal y político) de Esperança Camps con el absurdo tweet del “morir novelando”. El día que Abril “novele” algo... que me lo cuente y nos reimos todos. Y he entendido también, señor Abril, ese juego de palabras que hizo con el “morir matando” del escorpión. Puede que no lo parezca o no lo demuestre pero yo también tengo mis letras. No es usted el único heredero de la inteligencia fina en este país.
Y decirle a Marc Pons que sus más de veinte mentiras del viernes 1 de abril negando una y otra vez crisis en el Govern le han retratado. En todo este entramado usted es quien más lástima me da. Le tocó bailar con la más fea y, encima, le pisaba todo el rato las puntas de los pies.
Odio a los mentirosos (eso por Pons) y a las personas endiosadas (por Abril). He dicho.
Noticias relacionadas