"Esta investigación demuestra esencialmente que estos sucesos ocurrieron en un pasado no muy lejano y dejan claro lo lejos que estaban cuando sucedieron. Sabiendo esto, podemos considerar qué efectos puede haber tenido y buscar eventos en la historia de la Tierra que podrían estar conectados a ellos", ha señalado Melott.
El investigador ha indicado que ambos eventos de supernovas se produjeron a mayor distancia de la considerada como "zona de la muerte", situada a aproximadamente 30 años luz y que determina la distancia a la que la Tierra está 'a salvo'. Sin embargo, el experto apunta que estos fenómenos sí podrían haber tenido otros impactos, incluido la in×uencia en la evolución humana. "Nuestro grupo de investigación está trabajando en averiguar cuáles podrían haber sido los efectos.
Realmente no se sabe si las explosiones fueron lo suficientemente cercanas como para causar una gran extinción o algún efecto severo en el planeta. Estamos tratando de decidir si debemos esperar hallar algún efecto sobre el terreno en la Tierra", ha indicado el autor del estudio publicado en Nature.