La API del servicio de pizza no procesaba de manera correcta los pagos y los usuarios podían, con algo de esfuerzo, engañar a la aplicación y tramitar pagos no válidos que acababan siendo aceptados. Así lo explica Price en su blog. Tras revisar y alterar el código fuente de la aplicación, el pedido se acepta y el rastreador de pizza, explica, pasa de “orden” a “preparado”. “Llamé a la tienda y se con rmó que habían recibido mi pedido y que sería entregado en los próximos 20 minutos. Lo primero que pensé: impresionante . Mi segundo pensamiento: mierda”, explica Price. “La pizza llega y le digo al conductor de la entrega debe haber sido un error, ya que no he introducido ningún dato de la tarjeta y quería pagar con dinero en efectivo”, continúa.
Domino Pizza ya ha arreglado el problema. El director de TI de Domino, Rod Brooks, explica a Motherboard que esto ya está solucionado: "Nos tomamos la seguridad muy en serio y descubrimos este tema el año pasado durante una de nuestras revisiones frecuentes. Nos complace decir que se resolvió muy rápidamente”, asegura.