DEPORTES

Humillados por el colista

Alejandro Vidal | Domingo 13 de marzo de 2016
Es mucho más fácil pagar elogios que escuchar, y no digo atender, voces críticas. Es imposible mejorar desde la alabanza y sólo se crece desde abajo, con humildad y franqueza. Los actuales dirigentes del Mallorca, con sus accionistas al frente, desoyen todo aquello que no les gusta. Prefieren las fotos, mensajes populistas de cara a la galería, organizar festejos y vender motos antes que profundizar en la realidad del equipo y las causas por las que se encuentra nuevamente en descenso tras haber sido ridiculizado por el colista de la clasificación. Deberíamos revolver las hemerotecas y traer a colación las opiniones que algunos llevamos publicando desde el pasado verano y el tono displicente y agradecido con el que otros devolvían pingües favores para descalificar a quienes advertíamos el desastre. Pero de eso, ya hablaremos.
Lo que hoy nos planteamos es si el equipo que dirige, es un decir, Fernando Vázquez, ha tocado fondo en Palamós o aún puede ir a peor. La cuestión ya no es si juega Timon o Cabrero, Acuña o Colunga, Brandon o Perico de los palotes. La falta de gol no se arregla fichando más delanteros, sino con una planificación profesional como contrapunto a un relevo de entrenadores sin sentido para maquillar el caos creado por una dirección deportiva ausente e inexistente a la vez.
La temporada se inició con una pésima delantera y una defensa aceptable. Encara su recta final con ambas líneas rotas y al borde del ridículo. Un anfitrión formado por un grupo de amigos cuyo único objetivo es mantenerse el mayor tiempo posible en la categoría, puso en evidencia a un portero juvenil, una zaga de tortugas, una medular de novatos y un ataque sin pólvora ni para fuegos artificiales. Y todo en medio del cansino centenario que, a mayores, también avisábamos de que no era el mejor momento para eventos. Pero sigamos la fiesta, que no falten himnos, carteles, camisetas y paellas. ¡Cámaras al hombro y escribientes al loro!

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