POLÍTICA

“He recibido mucha violencia”

La directora general de Espais Naturals y Biodiversitat recibe a mallorcadiario.com en su despacho

Amengual no se explica la polémica con los animalistas

Rosa Illa | Domingo 06 de marzo de 2016
La conselleria de Medi Ambient ha estado en el ojo del huracán durante las últimas semanas a raíz del conflicto suscitado por el sacrificio de las cabras de Es Vedrà. La responsable política de la actuación es la directora general de Espais Naturals i Biodiversitat, Caterina Amengual. Amengual ha querido defender, ante mallorcadiario.com, la gestión que ha llevado a cabo su equipo respecto a este asunto. Además, asegura que pese a que todavía no han tomado una decisión respecto a qué intervención llevarán a cabo en Mallorca, no entienden que 50 cabras de un islote hayan creado más polémica que las 19.000 que se mataron en Mallorca durante los últimos 4 años.

¿El conflicto desatado en Eivissa les ha hecho replantearse el protocolo de actuación en Mallorca respecto al control de población de cabras?

La cabra doméstica asilvestrada es una especie invasora en los sistemas naturales. Lo que pedimos en julio, cuando llegamos a la Conselleria, fue tener datos. Nuestra decisión está respaldada por años y años de datos; los resultados de la presencia de las cabras invasoras en Es Vedrà son escalofriantes. En el caso de Mallorca, todavía estamos recopilando información e informes que hemos pedido a la UIB, a la Universitat de Barcelona y la Universidad de Castilla-La Mancha. Por otra parte, tenemos un grupo de trabajo en marcha en el que intentamos que estén representados el máximo de exponentes posible: ganaderos, agricultores, cazadores, etc.

¿Cuántas cabras silvestres se han matado hasta la fecha en Mallorca?

En los últimos 4 años, durante la legislatura del anterior conseller, se eliminaron un total 19.000 cabras silvestres en Mallorca. Esta cifra contempla desde las que se mataron con programas de control públicos hasta las que liquidaron los particulares. Por eso nos sorprende la reacción que ha habido ante 50 cabras en Es Vedrà. No es algo nuevo.

¿Cuántas cabras tenéis previsto matar este año?

Estamos buscando el consenso. Como ya he dicho nos estamos reuniendo con los actores sociales implicados para intentar entrar en el menor número de conflicto de intereses. Hacerlo bien para todos, es imposible.

¿Pero cuántas?

Dependerá. Todavía estamos recopilando la información. No hay preguntas de todo o nada ni de sí o no.

¿Y cuándo se sabrá?

Estamos en ello, todavía no lo sabemos pero las conclusiones del análisis de datos no tardaran tres años en llegar.

Mientras, ¿los cazadores siguen cazando y se sigue actuando sobre estos animales?

Evidentemente. Nosotros hemos llegado y nos hemos subido a un barco que llevaba un rumbo. No podemos dar un golpe de timón o pararlo de golpe. Tendremos que rectificar el rumbo progresivamente aprovechando el conocimiento adquirido hasta ahora.

¿Creen, entonces, que no se estaba cuidando la biodiversidad bien?

Creemos que hacen falta cambios, y los habrá porque hemos venido con ganas de ello. Para nosotros la conservación de los ecosistemas naturales es el objetivo. Venimos de cuatro años de política ambiental que consideramos muy malos para los ecosistemas ya que se han primado otras políticas. Por ejemplo, en Eivissa y Formentera llegó una serpiente invasora y los responsables que estaban sentados donde estamos nosotros ahora decidieron mirar hacia otro lado. Había habido dejadez estos último cuatro años. Ahora ya llegamos tarde, porque a una especie invasora hay que pararla enseguida que llega.

¿Cree que parte de la polémica que se ha creado puede venir dada porque al ser Més un partido con un componente ecologista se esperaba más sensibilidad respecto al trato de los animales?

Como partido político somos sensibles con la causa animalista, evidentemente. Estamos prohibiendo las corridas de toros y nos opondremos a cualquier tipo de sufrimiento y tortura animal. Nuestra intervención está avalada por veterinarios y por grupos animalistas. Optamos por esta solución porque era la única que no ponía en riesgo la vida de los técnicos de la Unitat de Recuperació de Fauna. Además, si tenemos en cuenta las características del islote, si se anestesiaba a las cabras, había riesgo de que se despeñaran. En ese punto se habrían tenido que sacar con cuerdas, cosa que agrava aún más su sufrimiento. Por todo ello decidimos llevar a cabo un sacrificio rápido, que se considera una muerte digna.

¿Cree que se ha hecho una buena gestión del conflicto social?

Hemos recibido a todos los grupos animalistas que han venido a hablar. Muchos ni conocían Es Vedrà, ni conocían la problemática de las cabras ni habían seguido el tema desde años atrás. Las cabras morían en Es Vedrà porque había una superpoblación y falta de recursos en el islote. Hemos actuado respaldados por los informes de los técnicos. Pero ha habido grupos de interés que han aprovechado este escaparate para hacernos oír su disconformidad. El Partido Popular ha encontrado en la causa animalista una manera de hinchar un conflicto.

¿Entonces cree que se ha hecho lo correcto?

De todas las opciones que había era la mejor. Insisto en que nunca firmaría una actuación que pusiera en peligro vidas humanas. Nosotros convivimos con el riesgo en nuestro trabajo. Cuando hay un incendio, por ejemplo, siempre se calculan los riesgos y se prioriza poner a salvo a las personas que trabajan en la extinción.

¿Y eso no lo entendieron los grupos que pedían otra solución? ¿Ha fallado la comunicación?

No hemos podido explicarles toda la problemática a determinados interlocutores porque sus peticiones nos han llegado ya con gritos e insultos. Pero seguimos diálogando con todos los que quieren hablar con nosotros, recibimos a todo el mundo.

PACMA reunió 20.000 firmas pidiendo su dimisión. ¿Piensa hacerlo?

Por todo lo que he relatado, defiendo que la actuación fue correcta. El primer día de la intervención me llamaron desde PACMA Valencia y acordamos una reunión con PACMA Balears, quienes vinieron 20 días más tarde. Cuando hemos estado reunidos no me han pedido la dimisión. Pedimos diálogo y hablar de las cosas antes de optar por vías más violentas. Yo he recibido mucha violencia, ha sido una causa de acoso. El odio no es un camino para llegar al acuerdo; hay que hablar.

Un payés de Eivissa que se ofreció para acoger a las cabras de Es Vedrà, ¿por qué se descartó la petición?

El proceso que supone convertir un animal asilvestrado en ganadero es muy complejo. Se tiene que montar una granja en el lugar de procedencia, es decir en el mismo Vedrà, desplegar un sistema de cuarentena, someter a los animales a muchos tratamientos y, finalmente, conseguir que se adapten a estar dentro de un espacio vallado cuando siempre han estado en libertad. Pero es que además, según nos informó el Consell de Eivissa, este payés en cuestión estaba infringiendo la normativa en su granja. No lo hemos querido sacar como titular en la prensa para no polemizar; hemos creído más conveniente simplemente agradecerle el ofrecimiento y declinar su oferta.

¿Por qué no se hizo una consulta para decidir el destino de las cabras de Es Vedrà?

Somos el partido de la participación. Pero en este caso no se podía. Si se te está quemando una montaña no tienes que hacer una encuesta para decidir si apagas el fuego o no, vas y lo apagas. Eso era una casuística especial. Estábamos incumpliendo la Ley de Patrimoni Natural y Biodiversitat y la Directiva Hábitat, por tanto, Europa habría podido poner una sanción a la Comunitat por no haber actuado. Tenemos un proyecto europeo para la eliminación de ungulados en islotes. Eso evidencia que es un problema a nivel de todo el continente, donde el 95% de las cabras silvestres que se han sacrificado han sido matadas con el mismo método que nosotros hemos seguido. Era una necesidad y una urgencia y hemos actuado. Ahora bien, cuando tengamos que declarar una zona protegida o declarar un uso de terrenos concretos hablaremos y nos sentaremos a dialogar con los colectivos para llegar a un acuerdo.


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