DEPORTES

En dos palabras: Im-presentable

Alejandro Vidal | Domingo 14 de febrero de 2016

Molango dirá que faltó intensidad, igual que en Córdoba. Vázquez que los jugadores acusaron los entrenamientos de la semana, será que con Ferrer y Gálvez no entrenaban. Ninguno confesará avergonzado que un solo jugador del Numancia, Julio Alvarez, les ganó el partido. A mayores, la fortuna de Cabrero, a cuyo cuerpo fueron a parar hasta cuatro remates a bocajarro, impdió un ridículo mayor. Porque ir a Soria a por uvas, salir claramente derrotado y haber rozado la goleada, es para que se lo hagan mirar todos a una.

La humillación no precisa de una lluvia de goles en contra. Si no hueles el balón, planteas un 4-4-2 en falso, porque en realidad acabas con un 5-1-2-2 seguramente involuntario y no llegas a la meta local hasta el minuto ochenta y tantos en un tiro desde fuera del área, digamos que haces el ridículo al margen de que metan dos o veintidos.

Ah, perdón. Si, que el penalti en contra se lo inventó el árbitro. Cierto. Tampoco existió el que le pitaron en Palma a la Ponferradina y alguno más que se quedó colgado a lo largo de la competición.

Lo dejaremos en que Fernando Vázquez no ha encontrado aún la vestimenta del muñeco. Que una semana juega Acuña de titular y a la siguiente no tiene ni un minuto. Que poner a Kasim de pivote es peor solución que alinear a Truyols, al menos por experiencia. Que era el peor día para confiar en Oscar Díaz y que primero vamos a aclararnos todos, empezando por él y después ya veremos.

La derrota de ayer es de las que duelen, no por si misma, sino por la paupérrima imagen mostrada bajo la calefactada grada de Los Pajaritos, helados al paso de un contrincante fantasma.

Esta semana toca hacer llamamientos a la afición, regalar entradas para mejorar la entrada en Son Moix y montar alguna rueda de prensa sobre el centenario o algo así. El de Terry no, el otro.


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