La historia es cíclica y, en efecto, el hombre es el único ser vivo que tropieza dos veces en la misma piedra. Fernando Vázquez entrenó al Mallorca en la temporada 1999-2000. El portero titular era Germán Burgos y el suplente, Leo Franco. En la duodécima jornada los bermellones jugaban en Montjuic contra el Espanyol. Los visitantes ganaban 0-2, pero los periquitos acortaron distancias y en el último cuarto de hora apretaban de lo lindo. En un saque de esquina, el “Mono” propinó un gancho a Serrano, que había entrado unos minutos antes, que le mandó directamente al hospital. El árbitro, Mejía Dávila, no pitó nada, no vio nada, ni nada reflejó en el acta. Sin embargo los blanquiazules tiraron de vídeo y forzaron al Comité de Competición a entrar de oficio e impusieron al portero mallorquinista once partidos de suspensión. Tuvo un doble castigo: Vázquez no lo volvió a alinear en toda la liga.
No sé si el gallego se atreverá a tanto con Timon, ni el “lo pagará” que pronunció en rueda de prensa se refería a la sanción que ya se ha hecho pública o a algún tipo de reprimenda interna o económica. Pero no ignoro que el entrenador se ha vuelto a equivocar. Los trapos sucios se lavan en casa y aunque en el Mallorca se han expuesto a todo el mundo durante cinco años, la humillación pública no es la mejor manera de corregir a un futbolista joven, que está aquí en calidad de cedido y que la próxima temporada puede que ni eso.
Igual que Ortuño, aquel año el Mallorca incorporó en el mercado de invierno a Etoo, un fichaje impuesto por Antonio Asensio que no entusiasmaba al técnico ni a Mateu Alemany. Le hizo debutar en casa ante el Celta a falta de unos veinte minutos para terminar. Un pase suyo a Diego Tristán en el 89, significó la victoria local por 1-0. Bueno, pues al partido siguiente, en Málaga, tampoco fué titular. En fin, que Ortuño también marcó en Ponferrada, pero no salió de principio frente al Athletic.
El Mallorca saldó la liga en la décima posición. Su equipo base lo componían: Leo Franco; Olaizola, Nadal, Siviero, M.Soler; Engonga, F.Soler; Lauren, Ibagaza; Carlos y Tristán, aunque Etoo jugó trece partidos y Stankovic veinticuatro. Tal vez fuera Antonio Asensio quien creyera que aquel equipo debió quedar mejor clasificado, pero no se renovó el contrato de Vázquez y llegó Luis Aragonés. Y esa es la espinita que el de Castrofeito no olvida que tiene clavada. Los años pasan, pero los hombres no cambian.