OPINIÓN

De sentido común

Viernes 17 de mayo de 2013

GEMA MUÑOZ. Menudo revuelo se ha originado esta semana con el reportaje emitido en Televisión Española sobre un taller donde se guía a los padres  (dato importante a tener en cuenta) acerca de cómo aconsejar en cuanto al vestuario a sus hijos. Múltiples críticas se han vertido en contra, y sinceramente no entiendo por qué. Se les acusa de “moralistas”  cuando en realidad durante toda la pieza emitida, se habla de varias cosas: autoestima, vestir de acuerdo a su edad, ropa de acuerdo a sus gustos, siempre bajo la premisa de sentirse identificados con ellos mismos.

¿Cuál es la razón de tanta crítica? ¿Acaso los medios afines a la “izquierda” están a favor de que niñas de 10 o 12 años vistan como jóvenes de 18 años?  Como madre, estoy absolutamente de acuerdo con lo que se plantea en el reportaje, desde temprana edad niñas y niños comienzan a adquirir actitudes y vestuario que envían mensajes sexuales en una etapa en la que no están preparados para asumir esa responsabilidad. No se trata de una prohibición banal, la perversión no está en el que se viste sino en el que mira y aunque para las niñas y niños o adolescentes es sencillamente una forma de expresarse, desgraciadamente cohabitan con personas para las que la sexualidad es inherente a según qué tipos de prendas. 

No podemos controlar lo que otros piensan o hacen pero si podemos sugerir, conducir o persuadir como padres a nuestros hijos para que conserven al máximo la inocencia de la infancia, es innecesario crecer tan deprisa sobre todo cuando repito, no se está preparado psicológicamente para modular las percepciones que tienen los adultos u otros jóvenes.

Hace unos meses si recordáis, ya comentamos que por ejemplo, en varios estados de un país latinoamericano los concursos de belleza o desfiles de modelos entre menores de 16 años se han prohibido, en una lucha para evitar problemas de falta de autoestima en los niños.

Aterrorizan las noticias sobre niños y adolescentes que se dedican a distribuir pornografía infantil, la última vez hace una semana;  los porcentajes de relaciones sexuales entre menores de 18 años asustan, no solo por los embarazos no deseados sino por la cantidad de enfermedades de transmisión sexual que aumentan día a día entre los jóvenes. ¿Es “moralina” intentar frenarlo?, bajo mi punto de vista no.  Es una cuestión de sentido común y de hacer prevalecer el derecho de todos los niños a vivir su infancia de manera adecuada, sin las presiones de belleza, sexualidad, moda etc., para las que ya habrá tiempo de afrontar y me parece atrevido que algunas personas digan que “un adolescente no puede provocar se ponga lo que se ponga”, porque hemos de recordar que nos guste o no la sexualidad vende y el mensaje está incluso en los anuncios de chocolate.

Como decía mi abuela: libertad sí, libertinaje no.  Ah!¡ y por cierto, aunque para los no católicos rezar sea una tontería, para los que profesamos la religión católica orar es un consuelo y nadie tiene derecho a criticarlo.

 


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