"No voy a volver a hablar con Boateng, sabe que soy musulmán. Estoy cabreado". Fueron las palabras de Franck Ribéry tras los hechos que tuvieron lugar durante la celebración del título de Liga en el Allianz Arena.
El jugador francés había pedido a sus compañeros que no le bañaran en cerveza por su religión, a lo que Boateng hizo caso omiso persiguiendo a su compañero por todo el campo hasta lograr su objetivo.
No parece el ambiente más idóneo en el vestuario del club bávaro a pocos días de la final de la Liga de Campeones ante el Borussia Dortmund.