Una familia suiza que le debía una cuota anual a la Iglesia Católica logró cancelar la obligación con una orden judicial más de seis siglos después de haber contraído la deuda.
La cuota se pagó por primera vez en 1357, cuando un antepasado de la familia, Konrad Mueller, mató a un hombre.
Para salvar su alma y prevenir venganzas, le dio una lámpara para el sagrario a una iglesia y prometió que su familia pagaría por el aceite para mantenerla encendida.
La familia Mueller honró el pacto hasta hace poco, cuando la Iglesia los llevó a los tribunales por falta de pago de la suma, ahora de US$76.
Un tribunal del cantón de Glaris dictaminó que las prácticas legales del siglo XIV fueron anuladas por las reformas de préstamos en el siglo XIX.