LA PUNTILLA

Cronofeo

LA PUNTILLA | JAUME SANTACANA

Martes 04 de diciembre de 2012

JAUME SANTACANA. Tengo la sospecha de que esta palabra no existe en ningún diccionario, pero me va de perlas para ilustrar el fondo del discurso que, a continuación intentaré desarrollar brevemente.

Si me disculpan, les debo explicar que estoy hasta los mismísimos…(aquí, eufemísticamente, vendría la expresión que definiría a los despojos animales –en este caso, a los atributos masculinos- que un valiente, culto, y erudito consejero (que no conseller) del Govern de les Illes Balears, dispuso sobre su noble testa, con el objetivo de enaltecer su sabiduría y su savoir faire); o sea, hasta los mismísimos…de aguantar a un porcentaje de población numeroso que, por costumbre, llega tarde a sus citas.

He perdido una porción vital decisiva, esperando personas impresentables.

A mí, particularmente, esta historia de la impuntualidad general, me parece incontestablemente aborrecible. Monstruosa. Ya no es que sea abiertamente maleducado el humano que suele llegar tarde a todas partes; es que se trata de bautizarlo con un adjetivo contundente y, a la vez, preciso: ¡es un perfecto imbécil!

Antes, ahora ya no –la mala leche me invade el cerebro y la ira me ciega el espíritu- me divertían las estúpidas excusas con las que me solían regalar los oídos, los canallas que llegaban a deshora: “ya se sabe…cuando llueve…”; o bien: “si supieras como está el tráfico…”; o mejor: “he tenido que llevar los niños al colegio”.

Pandilla de “cabezasdehaba”: llegar tarde es un acto terrorista, que debería estar penado, duramente, por la ley sagrada.

Quien esto suscribe, tiene a bien demostrar, públicamente, que el promedio del índice de puntualidad soportado durante los últimos sesenta y dos años por un servidor de ustedes, es del 98’4%.

No llegué tarde ni al entierro de mi padre, ni a mi propio nacimiento.

El 1’6% de mi personal fracaso cronológico se debe al sexo: a veces, aquello que uno está que si patatín, que si patatán, que ponte asín, que ahora ponte asán, que date la vuelta, que ¡qué bien!, que venga y venga y venga…

O sea, por motivos serios.