Pasadas las doce de la mañana, Kiko Rivera y Jessica Bueno con el pequeño Francisco en brazos abandonaban la Clínica Sagrado Corazón de Sevilla, donde el pasado miécoles llegaba al mundo el primer hijo de la pareja. Para sorpresa de muchos, los recién estrenados papás han salido por la puerta principal posando ante los fotógrafos que desde el pasado martes permanecen de guardia a las puertas del hospital.
Conscientes de la expectación y el revuelo que levantan, Jessica y Kiko han decidido mostrar su felicidad ante los focos, eso sí, evitando que ninguna cámara pudiese registrar el rostro del bebé. Para eso, habrá que esperar probablemente a que salga la exclusiva en Hola, revista de cabecera de la familia, y comprobar si el pequeño Francisco, tal y como lo describen quienes ya lo han visto, es morenito, tiene mucho pelo y sus ojos, al igual que los de su madre, son azules.
A pesar de que el parto trascurrió con normalidad y de que el bebé y la mamá se encuentran perfectamente, no todo ha sido felicidad dentro del hospital. Según ha podido saber Vanitatis, la póliza que tienen suscrita Kiko y Jessica con una compañía privada no correrá con los gastos de quirófano, anestesia y habitación. Al parecer la pareja contrató un seguro en el que existe una clausula que exige estar dado de alta en la compañía seis meses antes de que comience el embarazo y cuando Kiko y Jessica lo firmaron ella ya estaba esperando su primer vástago.
Según testigos presenciales, cuando al hijo de Isabel Pantoja le comunicaron en el hospital que debía pagar la factura montó en cólera y llamó a la compañía exigiendo explicaciones. Al otro lado del teléfono, un responsable de la aseguradora le informó que él y su novia habían firmado una póliza con unas condiciones que no habían cumplido y que, por tanto, no les quedaba otra que abonar los gastos. La conversación terminó sin que ambas partes llegasen a un acuerdo.
Durante las tres noches en las que Jessica ha estado en el hospital, se ha alojado en la misma suit que en su día ocupó el diestro José Ortega Cano, tras sufrir un traumatismo craneoencefálico en un tentadero. Una habitación con salón y terraza, la más amplia de todo el hospital, por la deberían haber pagado cerca de 6.000 mil euros y que no han abonado.
Según ha sabido Vanitatis, las enfermeras que han atendido a la mamá, han tenido que firmar un documento para no filtrar ningún tipo de información a la prensa, bajo amenaza de despido. La desconfianza de la pareja hacía el personal ha sido tal, que muchos de ellos no se han sentido cómodos con el trato recibido.
Solo queda esperar si el próximo miércoles el kiosko rosa ofrecerá la imagen que este viernes no se ha podido ver. De ser así, la pareja cobraría una cuantiosa cifra, hay quien habla de 300.000 euros. ?€œCon ese pan debajo del brazo?€ ni Kiko ni Jessica tendrán problemas para hacer frente a los gastos hospitalarios, si finalmente la compañía decide pasarles la factura.