Es muy reconfortante comenzar la semana con buenas noticias, aunque cada vez es más difícil encontrarlas, en Baleares según el último informe del Gobierno, hemos cerrado la temporada turística con un 2’8% más de visitantes. Aunque no quiero ser agorera, lo cierto es que los conflictos en oriente medio, los problemas de Grecia, la convulsa situación de países africanos o la política en Túnez, han conseguido que el sector turístico balear se salve un año más; no sabemos si el invierno será tan benevolente con nosotros.
Lo que es evidente es que la oferta de sol y playa que las baleares ofrecen tiende a disminuir año tras año pues el interés de los turistas va por otros derroteros, con el añadido de que no es precisamente el tipo de cliente que se merecen estas islas, ya es hora de pensar que vamos a hacer después de, toca reflexionar sobre el tipo de turismo que queremos nos visite.
Dicen los expertos en márquetin que la mejor opción ante la duda es hacer un estudio de benchmarking o lo que es lo mismo, observar que hacen otros para resultar atractivos a los consumidores.
Allá que me lanzo, he encontrado algunas propuestas interesantes, la primera pensando en ese 58% de turistas rusos que nos han visitado esta temporada, nada mejor que hacerles sentir como en casa, así lo hace la ciudad rusa de Zheleznovodsk que atrae miles de visitantes ante un artilugio algo escatológico pero no por ello menos útil: una lavativa.
La obra consta de tres ángeles inspirados en la obra de Boticelli, que sostienen la lavativa de 360 kilos de peso y fue levantada en el año 2008; ¿la razón? la ciudad de Zheleznovodsk es famosa por su balneario de aguas ricas en hierro y por su tratamiento estrella: los enemas de agua mineral. El eslogan que acompaña el monumento también es original: “Venzamos el estreñimiento con enemas”.
Sigamos con el viaje, vamos a por el turismo que busca algo mas, dice el mantra del management piensa global actúa en local, esa ha sido la fuente de inspiración de dos emprendedores estadounidenses ( no me extraña) residentes en París, han creado una web llamada www.spoontrip.com una plataforma que pone en contacto a turistas aficionados a la gastronomía con actividades culinarias dignas de su paladar: catas, estancias en granjas, clases de cocina o la posibilidad de compartir sartenes con un chef con estrellas Michelin. Y lo que comenzó siendo local ahora se ha convertido en global ya que países como Italia, Portugal, Turquía o Bélgica están incluidos en sus rutas.
El funcionamiento de la web es sencillo, tú les dices a que país vas y qué tipo de cocina te gusta o que plato te gustaría probar y ellos te hacen la propuesta, cuentan también con una red social donde puedes ver las opiniones de otros usuarios.
Cambiamos de tercio, desde hace unas semanas se estudia la forma de atraer el turismo de salud a Baleares, ese titular me vino a la cabeza cuando leí sobre un insólito restaurante. La situación es la siguiente: ¿ qué ocurre cuando viajamos si sufrimos de alergia a los alimentos? No podemos comer en cualquier sitio, en este problema se ha basado la idea de negocio convertida ahora en un restaurante francés, ideado para consumidores con alergias alimentarias; sus menús están pensados para evitar 11 tipos diferentes de alergias comunes a los alimentos, el restaurante esta en Lyon y se llama Monhistoiredanslassiette.fr.
Se me ocurre rizando el rizo que podríamos crear un red de restaurantes en las islas que facilitaran la vida a personas con este tipo de problemática.
En Baleares a pesar de ser una referencia en gestión turística para otros países como Chile, Argentina o México, seguimos reflexionando una y otra vez sobre el tipo de destino turístico que deseamos crear. En mi opinión una opción adecuada y que podría contribuir a mantener en buen estado las arcas públicas, es atraer el turismo de lujo, convertirnos en el nuevo Montecarlo, pero para conseguirlo se tendría que hacer un gran esfuerzo, no solo desde las instituciones que ya sabemos no tienen dinero para nada (casi mejor ), sino también y sobre todo desde los comercios, restauración, oferta complementaria, etc., un esfuerzo común y en todos los sectores para transformar no solo las propuestas para ese tipo de consumidor, sino también cambiar las ideas anticuadas en donde parece no tener cabida el progreso, porque con la frase tan mallorquina “ja va be així” tiramos por la borda miles de oportunidades de crecer como destino turístico.
Desde este mi pequeño espacio en el que escribo, insto a instituciones, organizaciones turísticas, empresarios a que de una vez por todas tomen decisiones, a dejar de hablar y hablar sin llegar a acuerdos, estamos perdiendo un valioso tiempo y el tiempo es dinero.
Señores, el futuro de estas islas nos pertenece a todos y cada uno de los que vivimos aquí y continuar de esta forma sin encontrar o concretar salidas nos lleva sin duda a la pérdida de valor y por consiguiente a la pérdida de esos miles de turistas que en este momento están decidiendo a qué lugar del mundo van a dirigirse.