Una palmesana de 53 años, Manuela Orrego, ha debido entrar en la prisión de Palma por no abonar una multa de 150 euros que le impuso un juez, y tenía que permanecer un mes entre rejas, según publica hoy el rotativo Ultima Hora. Sin embargo, hacia el mediodía, pagó los 150 euros y pudo salir en libertad, según informaron a mallorcadiario.com fuentes oficiales de la Delegación del Gobierno.
Lo surrealista de la situación que se estaba viviendo es que el coste de su estancia en la prisióniba a ser 13 veces superior a lo que debía pagar por la sanción. Es decir, que el Estado debería sufragar mucho más de lo que iba a ingresar por la multa.
El coste de mantener un preso en España gira entre 63 y 68 euros al día (dependiendo de la comunidad autónoma), según datos oficiales, confirmados por la Asociación Profesional de Funcionarios de Prisiones.
Es decir, que el mes que iba a pasar la señora Orrego en la cárcel le costaría al Estado entre 1.890 y 2.040 euros, obviamente mucho más que esos 150 euros que no quería pagar, por entender que es una injusticia.
La condena se debió a que en una discusión por el ruido que generaba el perro de una vecina, empujó a ésta, aunque sin ocasionarle ninguna lesión. Aún así, el fiscal y el juez quisieron condenarle, y aunque ella pidió que le hicieran hacer trabajos comunitarios, por carecer de recursos económicos, no le aceptaron la propuesta y aunque parezca kafkiano, la mandaron a prisión.
Hasta último momento la señora Orrego, casada y con hijos, esperó que se anulara su entrada en la cárcel, pero la Justicia no se apiadó de ella. Finalmente optó por abonar esa suma y fue puesta en libertad