LA PUNTILLA

Julianito

la puntilla | jaume santacana

Jueves 23 de agosto de 2012

Mira tu, el Julianito este, que bien se lo ha montado. ¡Y parecía tonto, el tío!

A saber: cuatro filtraciones de nada, soltadas por ahí, por esos mundos –dejando a parir, claro, a los putos “ianquis” de siempre, que es lo que se lleva, desde que desembarcaron en Normandía para librarnos de los santos y valientes nacionalsocialistas.

Un par de revolcones con un ídem de suecas que, según su auténtica consciencia, “consintieron” la mar de bien, como quien no quiere la cosa. ¡Ay, las suecas: siempre tan nórdicas y provocadoras, ellas!

Y, finalmente, se “autoinvita” a la embajada de Ecuador en Londres y, una vez instalado en el bello edificio victoriano, va y solicita asilo político.

Eso es pegar un braguetazo político de campeonato. Lo demás –lo de las niñas rusas que ofendieron, a la vez, al ínclito Putin y a los iconos ortodoxos; o lo de la china que envenenó al socio británico de su marido, quien les ayudaba a blanquear pasta; o lo del Palacio de Congresos de Palma- son tonterías, banalidades, vulgaridades.

Este tío, el Assange, vive de puta madre (con perdón) y disfruta, enormemente, con su ego mediático a tope. Un figurín, blancucho i esmirriado, con cara de “narciso” y color de yogur desnatado, que parece no haber roto ni un plato, ni haber matado una mosca en toda su vida. Que no, ¡que de gilipollas no tiene nada, caramba!

Jugada maestra, también, haber escogido como pareja defensora, al otro gran “médium” del espectáculo circense judicial, el compañero Garzón. Sí señor. Ahora sólo falta que complete el equipo fichando un buen jefe de Gabinete y Comunicación; como por ejemplo, Ruiz Mateos, o el alcalde de Marinaleda. Todo se andará. (Por cierto: qué ha sido del Padre Apeles?)

¡Alerta! Sé, de buena fuente, que Julianito piensa montar su propio “show” cada domingo, a las doce del mediodía –la hora del Ángelus- desde el balcón de su nueva “residencia” y, de este modo, robarle todo el protagonismo al Sumo Pontífice y acaparar audiencias universales.

Y yo, que toda la vida he pensado que los australianos caminaban al revés…