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Jueves 24 de mayo de 2012

Con motivo del juicio por la pieza separada ‘Temps d’esport’, dimanante del ‘caso Maquillaje’, que se desarrolla estos días en Palma,  determinados medios de comunicación de papel, preocupados porque se pierda el control de la información que ellos ejercen y que creen ostentar en régimen de monopolio, control que frecuentemente se torna en desinformación, pasaron en un primer momento a criticar despiadadamente a quienes informan con rigor de todas las tesis que se exponen en la sala de vistas de la sección segunda de la Audiencia Provincial. Dado que ellos sólo informan de una de las tesis, la de la acusación, a la que ellos se suman con entusiasmo y que públicamente celebran como “trofeos” (es cita literal) propios, quienes informamos de todo lo que sucede en la sala, al margen de a quién beneficia o perjudica, somos objeto de una campaña de desprestigio como hace tiempo no se veía en la prensa balear.

Son los mismos que durante años han tratado de silenciar a otros medios de comunicación que mantenían líneas editoriales diferentes a la suya, insultando a sus editores y a los profesionales que en ellos trabajaban honestamente. Y como ya lo hicieron hace años, lo han vuelto a hacer ahora con Mallorcadiario.com. Un medio de comunicación privado que trata de hacer su trabajo lo mejor posible sin perjudicar a nadie.

Sin embargo, en los últimos días han dado una vuelta de tuerca a su campaña de desprestigio y difamación y, traspasando todos los límites tolerables en un Estado de Derecho, han incurrido en la intimidación y la coacción a los periodistas de esta casa, perpetrando un ataque brutal a la libertad de prensa que no podemos tolerar.

Su verdadera naturaleza les lleva a defender el totalitarismo informativo. Que se escuche únicamente su voz. No la realidad de lo que sucede pues ellos no informan con objetividad de lo que sucede en el juicio, sino únicamente de los testimonios que apuntalan
sus tesis, obviando las que las dinamitan. Nosotros no pretendemos influir en los jueces, ni congraciarnos con la fiscalía para que nos filtren jugosos sumarios que están bajo secreto, de los que destacar sólo lo que afiance campañas de desprestigio como las de El Mundo/El Día de Baleares. Porque realmente esa parece ser la finalidad última del diario que dirige Agustín Pery  -un rotativo con graves problemas económicos y en proceso de regulación de empleo-: influir en los jueces y fiscales y manipular a la opinión pública.

Sin embargo, y siendo sumamente grave todo lo dicho hasta ahora, su objetivo más bastardo es doblegar la voluntad del editor de Mallorcadiario.com para, mediante coacciones, lograr que se aparte de su obligación de decir la verdad de lo que sabe, incurriendo en delito de falso testimonio tipificado en el artículo 458 del Código Penal. La intimidación que ejerce El Mundo le coloca plenamente al margen de la Ley, pues el artículo 464.1 del Código Penal castiga al que “con violencia o intimidación intentare influir directa o indirectamente en quien sea denunciante, parte o imputado, abogado, procurador, perito, intérprete o testigo en un procedimiento para que modifique su actuación procesal”, penando tal conducta con la pena de prisión de uno a cuatro años y multa de seis a veinticuatro meses.

La libertad de prensa no ampara la coacción periodística para que un medio independiente como Mallorcadiario deje de informar o para obligarle a sumarse a una línea editorial determinada. El Mundo/El Día de Baleares ha criticado a todo aquel que o bien no ha cubierto la información con el despliegue que él considera, o con la relevancia que le parece oportuna. Pero ha cruzado la frontera entre informar y coaccionar, pues esa y no otra cosa es enviar a sus fotógrafos, que no firman sus fotografías y cuyo nombre no conocemos, para retratar a otros periodistas tan o más profesionales que ellos, a quienes El Mundo/El Día de Baleares no está en condiciones de dar lecciones de nada, ni mucho menos de expedir licencias para ejercer la profesión.

Advertimos que no nos doblegarán, como no lo hicieron años antes con otros medios. No nos dejaremos amedrentar. Seguiremos informando a nuestros lectores de todo aquello que otros medios les hurtan. No venderemos nuestra línea editorial ni la someteremos a otra consigna que no sea la verdad y la libertad de prensa. Y recurriremos a cuantas instancias sean necesarias para protegernos de prácticas delictivas que pretenden socavar nuestra libertad.

 

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