En este sentido, Campos explica que en algunos casos, los centros se niegan a facilitar la hoja para elegir la lengua que desean y que desde el centro se les dice, sin miramientos, que ellos “no van a cumplir la orden. En otros casos invitan a los padres a rellenar la hoja con ellos, en una flagrante intromisión a la intimidad de las personas”.
El presidente de la Fundación Círculo Balear asegura que la Consellería de educación guarda silencio ante esta situación y no aporta solución alguna mientras los padres afectados no dejan de pedir ayuda: “Puedo decirle que desde que se abrió el plazo de escolarización el pasado día 14, todos los días - mañana y tarde- hemos tenido que atender grupos de padres, de entre 10 y 40 cada uno, quejándose de lo mismo: que se ponen trabas tanto por parte de los docentes como de los directivos de los centros que les aseguran que no van a cumplir la normativa. A esto deben sumarse los correos electrónicos recibidos y aquellos que, por miedo, no denuncian”.
Jorge Campos ha dejado claro que quienes protestan son mallorquines, no tan solo inmigrantes y niega que la lengua catalana esté amenazada aunque sí las modalidades insulares: “las lenguas no están por encima de las personas, al contrario. Las lenguas no son entes vivos: no sufren, ni sienten, ni tienen derechos. Los derechos los tienen las personas que utilizan las lenguas para lo único que existen: para comunicarse”.
Tampoco cree que lo esté la lengua castellana, que es “muy fuerte pero sí que está desamparada desde las instituciones y el Partido Popular se hizo eco de ello. Ha sido un hecho excluyente, para acceder a según que puestos de trabajo, el saber, o no, catalán. Lo que sí hay es dicriminación hacia los castellano parlantes, en el ámbito educativo y en la administración pública”.
Por ello, Campos reitera la necesidad de garantizar la aplicación de la normativa vigente respecto a la elección de lengua, un derecho para poder elegir: “No supone que se vaya a perder nada. El catalán está más fuerte que nunca y protegido con respecto a otras épocas en que fue perseguido. Se trata de defender los derechos de las personas y evitar actitudes fascistas que se escudan en términos como nación o lengua para estar por encima de la Ley porque la postura de los catalanistas es fascismo, puro y duro. Es propio del totalitarismo escolarizar en una lengua que no es la propia y eso no debería ocurrir”.
Preguntado sobre cuales fueron las razones que rodearon su salida de la Fundació Balears Sostenible, Campos ha asegurado que el PP “prometió que habría elección de lengua a todos los niveles pero solo lo ha implantado entre los alumnos de 3 y 7 años. Eso para mí fue la puntilla. Ello no quiere decir que no tenga buenas relaciones con la cúpula del PP”.
Y sobre la última reforma al respecto aprobada por el Govern, Jorge Campos explicó que le parece bien que el catalán “se haya convertido en un mérito supone la eliminación de barreras para que los mejores puedan acceder a puestos de trabajo sin verse condicionados por un tema lingüístico. Lo que no entiendo ni comparto es que se le siga exigiendo a los docentes. Si se hubiera hecho para todas las profesiones lo apoyaríamos sin fisuras”.
También ha sido crítico con algunos de los actos que se han producido en los centros educativos: “se han llevado a cabo actos reivindicativos en el interior de las aulas y en los patios utilizando a menores. Colgar banderas, que es ilegal. La Consellería debería haberse personado allí y hacer cumplir la ley. Es una campaña anti mallorquina, anti balear. En ningún momento se habla del mallorquín, menorquín, ibicenco. Ni se utilizan nuestros símbolos. La campaña de los lacitos habla de "països catalans" y se utilizan banderas de la comunidad autónoma catalana. Es pancatalanismo. El argumento de que los lazos no son banderas sino símbolos, no se sostiene por ningún lado. Además, todo esto se acompañó con un manifiesto político”.
Por último, Campos cree que en todo este asunto "le ha faltado voluntad pólítica a Bosch" y ha pedido a los gobernantes que apliquen en las instituciones lo que desean los ciudadanos ya que quien manda “son las urnas. Los nacionalistas son un grupúsculo minoritario y los radicales, gente que actúa muchas veces fuera de los límites de la Constitución”.