CON PUNTA FINA

Ya no entiendo nada

en dos palabras | victoria campins

Victoria Campins | Martes 17 de abril de 2012

Debo admitir, aunque sé que es una práctica nada recomendable en la sociedad actual, que me siento perdida: nuestro día a día se ha convertido en una especie de carrusel futbolístico pendientes de las Bolsas y de la prima de riesgo, y en los informativos nos ofrecen casi siempre interpretaciones coincidentes, en clave interna o internacional, aparentemente coherentes y lógicas.

Mi problema es que estoy desconcertada: ya no sé si nos enfrentamos a mercados voraces que especulan con nuestra deuda y nuestra penuria económica o con unos entes superdotados que son capaces de psicoanalizar el grado de seriedad y fiabilidad de las reformas anunciadas, al dictado de Merkel, por supuesto, y con el único desafío por parte del Gobierno de Rajoy de subir el listón del déficit permitido.

Se suponía que esas reformas eran absolutamente necesarias, pero como afectan al crecimiento se nos penaliza. Se suponía que el objetivo de déficit era irrenunciable, pero las dudas sobre la posibilidad de alcanzarlo –incluso con el ligero incremento que nos han concedido– generan incertidumbre y eso también
penaliza... Es decir, la austeridad exagerada tampoco convence, al margen de la ansiedad que nos provoca.

La tentación de seguir la actualidad política y económica como si fuese una forofa de fútbol se acentúa ante actuaciones como la de Sarkozy, que no duda en quitarse el traje europeo y machacar a España si así puede aferrarse a la presidencia francesa. ¿Estos son los líderes que deben reflotar Europa? Ahora sí me gustaría escuchar el famoso "¿por qué no se calla?" de nuestro monarca, aunque ya sabemos que precisamente ahora no está para dar lecciones a nadie.

 


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