La efervescencia de la guerra civil declarada en la planta noble del club bermellón, debidamente retransmitida al minuto por los grupos mediáticos afines a cada bando, y jaleados por sus peñas afines está superando todos los niveles que se podían imaginar.
Las estrategias, por el momento, coinciden bastante en cada una de las facciones enfrentadas, eso si, el nivel de la batalla ha alcanzado tal dificultad burocrática que nuestro club va a protagonizar uno de los casos mas curiosos en la historia del fútbol. Hasta la fecha, en cualquier club del mundo quienes pretendían acceder a la directiva ofrecían a la hinchada proyectos deportivos, posibles fichajes, nuevos técnicos, y así los socios y abonados se pronunciaban sobre el proyecto que más les seducía.
El caso del Mallorca va a cambiar la historia, basta con una lectura diaria de la prensa para ver como cada grupo ofrece al club constantes fichajes e incorporaciones, pero por desgracia no de jugadores ni entrenadores, sino de insignes juristas especialistas en todo tipo de materias del Derecho.
No deberá extrañar ya que en las previas de los partidos en Son Moix dejen de anunciarse por los videomarcadores nombres y fotos de jugadores, nada de eso, se irán anunciando los nombres de los sucesivos letrados recién fichados y cada peña irá aplaudiendo a quién le ofrezca más garantías, no en regates o gambeteos sino en oratorias y latinajos; sin duda se dejarán de vender camisetas en la tienda del club para ser sustituidas por togas y puñetas.