El microscopio

Las declaraciones de Bestard y Gili desatan la ira en Inca

Sanidad | El Microscopio

Lluís Serra | Martes 17 de enero de 2012

El Hospital de Inca está que arde. Las declaraciones efectuadas por el director general del Ib-Salut, Juan José Bestard, y el director médico, Juan Gili, han desatado las iras del personal facultativo. El primero, asegurando que los traumatólogos “localizados” sólo fueron ocho veces durante 2011 y el segundo, afirmando que la denuncia presentada en el Juzgado de Guardia por el Sindicato Médico de Baleares es desmesurada y fuera de lugar.

En cuanto al balance de localizaciones, me aseguran los traumatólogos que la cifra es “más falsa” que un euro de chocolate, ya que en lugar de ocho las localizaciones fueron un centenar. Y, además, me lo dicen absolutamente indignados, rabiosos, diría yo, porque aseguran que se está faltando a la verdad y se está haciendo de forma consciente.

Mientras tanto, Gili ha culminado la faena, con una estocada hasta la empuñadura, y ha dejado al sindicato sin palabras, porque, según me dicen, él sabe que lo denunciado es única y exclusivamente lo que está ocurriendo en el centro hospitalario. Y van mucho más allá y aseguran que estos recortes ya han tenido las primeras consecuencias, pero como no hay denuncia, que ellos sepan, optan por guardar silencio, como lo hago yo, pero todo el hospital lo sabe, y los periodistas también. Incluso, hasta los simples articulistas como yo, también, pero al igual que los demás, tengo que callar. Otra cosa es si hubiera sido algún familiar mío, pero como no es así, sólo puedo silenciar los hechos.

Lo peor de toda esta medida es que, según me insisten, mantener las guardias localizadas de cirugía general y traumatología cuesta 100.000 euros al año, poco más de 8.000 euros al mes. ¿De verdad era necesario este recorte? ¿Vale la pena por esta cantidad poner en peligro la vida de los pacientes?

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