Yo sabía que hoy nuestro president tenía que estar ante una serie de dilemas complicados. Lo sabía. Pero no imaginaba que los dilemas tendrían que ver con el catalán, con sus líos internos con Pastor. No creí que iba a estar enfrentado a los médicos por culpa del caos monstruoso que está armando su hombre en el Ib-Salut. Yo pensaba que esto iba a ser un tema económico, que los debates serían sobre el futuro, sobre la supervivencia. Pero, como ven, aquí nadie habla de pagar a los proveedores; aquí vamos de banco en banco buscando el dinero con cuentagotas hasta para pagar nóminas, lo cual ya es un indicador de cómo estamos. ¿A qué tipos? Da igual, se trata de llegar a mañana.
Ustedes verán: aquí no estamos para experimentos, las cosas exigen claridad y no deberíamos dejar que nos deslicemos sin rumbo. Alguien tiene que explicar por qué la segunda autonomía más endeudada de España en términos relativos no adopta acuerdos para reconducir sus finanzas, cuándo van a cobrar los proveedores, quién va a pagar y cuándo los créditos que estamos pidiendo ahora desesperadamente para llegar a mañana. Entre otras cosas porque me juego mi sueldo, como nos ocurre a todos los funcionarios.