Hace dos días escribí aquí que, por el motivo que sea, IB3 no sale de la zona de turbulencias. Ahora, como sabemos, se trata del gerente, cuya situación se va a aclarar esta semana, según dijo el portavoz del Govern en la rueda de prensa del viernes. Ni más ni menos que el máximo gestor económico del ente está en la cuerda floja. Una elección del Govern que, como casi todo lo que ha acordado en relación con el ente, ha sido un fiasco.
Pero, más allá de la política, hoy quería reconocer el trabajo del equipo profesional de la casa, tanto de la radio como de la televisión, que mantienen aquello funcionando, buscando innovar, con ilusión e intentando identificarse con la audiencia. Sobre todo, los que conforman el equipo estable, los que son el eje central de la empresa. Tuve ocasión de hablar con muchos de los integrantes del equipo, y hay que reconocer el mérito de quien, pese a los cambios constantes en la cúpula, están trabajando día sí, día también, para mantener la audiencia, para ofrecer productos que conecten, para reivindicar su papel. Han encontrado un perfil de espectador bastante nítido y van a por él, con imaginación, buscando seducirlo. Hay que recordar que ninguno de estos trabajadores creó las organizaciones en las que están, ninguno es culpable de una televisión que tal vez nos venga grande, de un modelo tan inestable, de unas políticas de contrataciones incomprensibles, pero la gran mayoría más o menos está cumpliendo su función con mucha dignidad.
Esto, por mucho que nos suela apetecer hacer simplificaciones, es la realidad. Y se merece un reconocimiento: sin dirección o con esta dando los tremendos bandazos que da cada cuatro años, buscar una identidad es difícil pero se hace. Tiene mérito.