Viernes 25 de noviembre de 2011
Perdonen que entre en terrenos que no son los míos, pero después de leer detenidamente durante toda esta semana las noticias relacionadas con los incidentes ocurridos en el partido Granada-Mallorca, no puedo por menos de hacerme una serie de preguntas sobre este paraguazo que a mí me parece demasiado caro.
Vaya por delante que soy partidaria de erradicar totalmente la violencia de los campos de fútbol y actuar con dureza contra todos los que han hecho de ella una forma de actuación, pero de ahí a lo que está sucediendo ahora media un abismo y me da la impresión de que van pagar justos por pecadores y, además de forma totalmente injusta.
Y es que si la PolicíaNacional, después de una investigación, concluye que ha sido un accidente, como el que le hubiese podido ocurrir a cualquier otro celebrando un gol o protestando una falta, no entiendo el motivo de las sanciones.
Primero, al Granada le caen 6.000 euros de multa y apercibimiento de cierre, por un accidente, mientras que al menor la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte le impone una multa de 5.000 euros y la prohibición de acceso a cualquier recinto deportivo por un período de dos años. Y todo por un mero accidente, según la propia Policía.
Lo siento, no lo entiendo. Si el acto hubiera sido voluntario estaría totalmente de acuerdo con estas sanciones, pero cuando no lo ha sido, creo que todo esto es excesivo y contrario al sentido común. ¿Y si yo tropiezo me caigo por la escalera de un estadio y lo hago encima de una persona, también me van a condenar por agresión a un espectador? Pues lo mismo.
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