ME DAN GANAS DE…

IB3, a la deriva

Martes 29 de noviembre de 2011

Durante la campaña electoral de mayo, la actividad planificadora de IB3 quedó paralizada porque, como es habitual, un organismo que depende del poder político tiene que evitar grandes decisiones hasta que se ratifique o se cambie el Parlament, del que depende. Poco después, en julio, Pedro Terrassa presentaba su dimisión, con lo que el estado de parálisis se convertía en permanente. Coincidía con la llegada ya formal al Gobierno del equipo conservador que, al parecer, no lo ratificó en el cargo.

Si hasta entonces la dirección había paralizado su actividad, a partir de ahí, IB3 se instala a la espera de decisiones firmes, por ejemplo, sobre un plan de pagos a los proveedores. Tras unos días, en una operación insólita, se nombra director general a un conseller quien, casi de inmediato dice que no va a tomar decisiones, sino únicamente ratificar lo que le presenten. Tras las habituales discrepancias con la oposición, parece que el futuro de IB3 se decidirá dentro de unos meses, cuando finalmente pasen los plazos fijados y el actual subdirector pueda ejercer el cargo de director.

Por si esto no bastara, después vino el triste episodio de los cargos de confianza que, tras haber sido revelados, tenían que pasar por un concurso. Más o menos, el tema ha quedado solucionado (aunque ahí sigue viva una ley absurda que habría que corregir para evitar, otra vez, esta situación ridícula) pero ahora, el nuevo gerente empieza a estar cuestionado. Ayer un periódico de Palma decía que lo habían cesado, mientras en otro se señalaba que, si no cesado, sí estaba cuestionado. Todo a raíz de que una reunión con los acreedores se había suspendido de forma abrupta.

Más allá del desenlace de todas estas historias, parece evidente que un organismo que gasta 50 millones de euros no se puede gestionar así; que esto exige continuidad, criterios estables, políticas duraderas, principios trasparentes que permitan a la gente saber a qué atenerse. Más allá de unos y de otros, es manifiesto que ni en el mejor de los mundos una empresa como esta, que diariamente emite un producto del que depende su credibilidad, puede estar sin mandos o con estos limitados o cuestionados, durante tanto tiempo.

Así vamos. Los que piden el cierre del ente, no lo hubieran hecho mejor para lograr su objetivo.

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