Siento pena del desastre que espera al PSOE

Ustedes verán: me da pena cómo los socialistas están afrontando estos últimos días de campaña. Yo, confieso, voté PSOE en varias ocasiones. Pero eran tiempos en los que, más allá de esas corruptelas que parecen intrínsecas a nuestro estado, había un liderazgo claro y, miren, al menos yo los entendía. La llegada de Zapatero me llevó a alejarme, porque dejé de entender la política. Yo pensaba: o este hombre es un genio, lo cual explicaría que yo, que soy un humilde asalariado, no lo entienda, o es un papanata, lo cual va a terminar por llevárselo por delante. Por eso hoy me da pena ver qué ya ni ellos piensan en ganar y que no sólo dejan España destrozada sino que su propio partido está arruinado. Vean ustedes en qué acaba todo: el PSOE en riesgo de liquidación; la unidad interna (en esto la izquierda es mucho más ruin que la derecha) se va a ir por los aires; puede que incluso la ruptura sea regional, de forma que corremos el riesgo de quedarnos sin alternativa de gobierno. Todo un desbarajuste, resultado de ser tan condescendiente con la extravagancia, con la tontería, con el absurdo. Los socialistas nunca debieron dejar que las cosas llegaran a donde llegaron.