ME DAN GANAS DE…

Así nos controla y vigila Estados Unidos

Lunes 14 de noviembre de 2011
Empiezo por indicar que no siento la menor simpatía por WikiLeaks o por sus dirigentes, ni comparto esta mitología que atribuye valor a la mayor parte de sus publicaciones que han sido ampliamente reproducidas en los medios de comunicación, en las cuales no he encontrado tampoco nada que me sorprenda. Pero esto no tiene nada que ver con lo que le ha ocurrido a Birgitta Jonsdottir, una islandesa que ha sido una colaboradora voluntaria de WikiLeaks. El jueves pasado, un juez americano ordenó que Twitter entregue a las autoridades de seguridad de Estados Unidos todo el material que esta mujer tenía en esta red social, debido a que ha colaborado con este portal. Jonsdottir, cuyo caso ha provocado verdadera conmoción en Europa, al menos entre los usuarios de las redes sociales (y no sé por qué no entre quienes tienen su buzón en Hotmail, Yahoo o Gmail), ha declarado que la intervención de su cuenta en Twitter es un “verdadero ataque para todos quienes usamos las redes sociales. Nosotros -añadió- deberíamos tener los mismos derechos civiles en la red que fuera de la red. Imaginemos que las autoridades americanas quisieran entrar en mi casa, revisar mis papeles privados. Sería algo inaceptable. Es lo que ha pasado ahora”. La decisión americana en este asunto es un aviso terrible: por un lado, sobre el control que este país tiene sobre el mundo; segundo, sobre la gravedad de que empresas privadas dispongan de tanto material sensible; tercero, que un país que ataca indiscriminadamente a quien quiere en Pakistán o en Yemen, se atreve a violentar los derechos de los ciudadanos de países democráticos como es el caso de Islandia. Estar en desacuerdo con Wikileaks nunca puede conducir a aceptar este tipo de atropellos que, deseemos, las autoridades europeas sabrán parar a tiempo. Si es que hay alguien en Europa que esté disponible para este tipo de asuntos, absolutamente trascendentales.

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